Ingenieros de la Escuela de Ingeniería Pratt de la Universidad de Duke (Estados Unidos) han combinado el grafeno con polímeros para fabricar músculos artificiales. Estos músculos, que podrán contraerse y expandirse a demanda mediante la aplicación de corrientes eléctricas, resultarán útiles para tecnologías diversas -como la robótica o el almacenamiento de energía- y mejorarán enormemente la calidad de vida de millones de personas con discapacidad, afirman los científicos.