
Al parecer, la gente de San Diego necesita desesperadamente un nuevo aeropuerto pero, como es lógico, nadie quiere tenerlo cerca. La solución de un tal Adam Englund, primo de Freddy Krueger, parece lógica: crear un aeropuerto flotante en el mar. El proyecto costaría 20.000 millones de dólares. Un pastizal, pero es que los cinco pisos y 200 millones de metros cuadrados forman toda una ciudad, con espacio para hoteles, restaurantes y hasta universidades. Según su autor, el proyecto no tiene ningún problema irresoluble, salvo, claro, que la ciudad de San Diego disponga de ese dinerito