Etimológicamente, los expertos sugieren que la palabra "compañero" procede de los términos latinos comedere y panis, y por tanto alude a
"quienes comen o comparten el mismo pan".
Ahora un estudio de la Universidad Mcmaster (EE UU) revela que nuestros compañeros de mesa a la hora del almuerzo o de la cena nos condicionan a la hora de escoger qué comemos. Concretamente, según Meredith Young, coautora de la investigación, las mujeres suelen pedir alimentos bajos en calorías cuando comen en un grupo con presencia de uno o más hombres. Esto se debe a que, por lo general, las elecciones a la hora de alimentarnos están condicionadas por la percepción que otros tienen de nosotros. Y las raciones más pequeñas y sanas se consideran más femeninas, por lo que las mujeres
“se sienten más atractivas si comen menos calorías en presencia masculina”,
afirma la investigadora en la revista Appetite.
En cuanto a los hombres, el estudio concluye que la elección del plato no se ve afectada ni por el número de acompañantes ni por su género.