Esta indeterminación que mantiene en vilo a unos tres millones de españoles, la cifra de afectados según la Sociedad Española de Neurología (SEN), podría estar llegando a su fin, a la luz de los exitosos resultados de un novedoso tratamiento presentado en el último congreso de la sociedad americana de anestesistas por el profesor e investigador médico de la Universidad de Texas Billy Huh.
Se trata de la implantación de un pequeño electrodo en la base del cráneo, una técnica que ya se había probado con anterioridad pero sin estudiar sus efectos y beneficios a largo plazo. El doctor Huh probó este tratamiento en medio centenar de pacientes entre los años 2007 y 2012. Como novedad incorporó un mando que los pacientes activan cuando necesitan aliviar el dolor.
Un porcentaje de éxito del 90%
Los resultados obtenidos después de los cinco años durante los que se realizó el experimento fueron realmente esperanzadores, llegando a alcanzar un 90% de porcentaje de éxito. Según explicó el responsable del proyecto, todos los participantes constataron una mejora de su calidad de vida, mientras que nueve de cada diez experimentaron una disminución significativa de la frecuencia de sus crisis de migrañas, así como de la intensidad de estas.
“Para los pacientes que no encuentran en los fármacos un remedio contra el dolor, este tratamiento ha demostrado que es la mejor vía para volver a hacer una vida normal”,
añade Huh.
Las implicaciones para el paciente de este tratamiento, que con ligeras diferencias ya fue probado en el hospital clínico de Salamanca, también tienen su parte negativa. La implantación de un cuerpo extraño en la base del cráneo puede generar infecciones. Asimismo, existe el riesgo de que el electrodo se acabe desplazando de su lugar original con el tiempo. Unos problemas frente a los que el responsable del proyecto se muestra optimista, pues cree que la cirugía de implante irá mejorando a medida que aumente el número de este tipo de intervenciones.
El tratamiento probado con éxito en un numeroso grupo de pacientes todavía está en fase experimental, pero representa una esperanza para un alto porcentaje de las personas que no encuentran en los medicamentos ningún tipo de mejoría a sus crisis de migrañas.
“A pesar de los avances producidos durante los últimos 20 años, la mayoría de pacientes no ha encontrado ninguna solución a sus migrañas y las que alivian su dolor tienen graves efectos secundarios”,
lamenta el médico.
Las migrañas están consideradas por la Organización Mundial de la Salud como una de las enfermedades más discapacitantes. Además, al contrario de lo que ocurre habitualmente con otro tipo de dolencias, afecta más a menudo a los jóvenes que a las personas de mayor edad.