Podríamos decir que tenemos la “luz parada”. En 1999 se iniciaron estudios de cómo un láser se frenaba al viajar en un conglomerado denso de átomos a muy baja temperatura y con grandes campos magnéticos. Se anunció entonces que se había conseguido bajar la velocidad de la luz de los casi 300.000 km/s en el vacío a solo 60 km/h usando un condensado de sodio. Pero en 2001, en Harvard, usando átomos de rubidio y láseres especiales, consiguieron parar por completo la luz, y luego volver a acelerarla.