lunes, 13 de agosto de 2012

Jill Farrant: "Las plantas de la resurrección esconden la solución al hambre"

Mientras la sequía se extiende por doquier, y después de que el mundo haya visto nacer al humano número 7.000 millones sin que los expertos tengan claro cómo se podría proporcionar suficiente agua y comida a la superpoblación que se avecina, la fisióloga vegetal Jill Farrant trabaja en el árido desierto sudafricano de Kalahari estudiando con mimo, y casi con veneración, tres plantas que crecen en África y que aparentemente están al margen de los problemas que acechan a la humanidad:
Xerophyta viscosa, Myrothamnus flabellifolia y Craterostigma wilmsii.
Claro que para entender su trabajo hay que tener en cuenta que no son tres especies cualesquiera. Poseen la sorprendente capacidad de que, tras permanecer durante meses totalmente secas, técnicamente casi muertas, son capaces de volver a la vida cuando cae una llovizna. Por eso a Farrant se le conoce como la
"fisióloga vegetal de la resurrección".
Y por eso el jurado de la decimocuarta edición del Premio "For women in Science" de Unesco-L'Oreal decidió hace unos meses concederle un galardón
"por descubrir cómo ciertas plantas sobreviven en condiciones de sequía extrema". "Me encantaría encontrar una solución a los problemas del mundo, como el hambre o la seguridad alimentaria; pero eso se consigue lentamente, paso a paso".
¿Porqué nos importan las plantas?
Mucho, porque nos aventajan en miles de años de evolución. Y durante ese tiempo algunas han desarrollado cualidades extraordinarias. Entre otras, la tolerancia a la sequía.