El dispositivo consta de dos partes, un monitor continuo que controla el nivel de glucosa y un sistema de bombeo de insulina subcutáneo. El monitor alerta al paciente cuando el nivel de azúcar baja y este sólo tiene que proceder a añadir la dosis necesaria para equilibrar el nivel de insulina.
El control del sistema se produce de forma automática y en tiempo real gracias al dispositivo semejante a un smartphone que se encarga de las funciones de “cerebro” del conjunto. Ya ha recibido la aprobación de la FDA (equivalente estadounidense al Ministerio de Sanidad) para comenzar con los ensayos clínicos con pacientes, cuya primera fase de pruebas acaba de comenzar.
Justin Wood, de 40 años, ha sido la primera persona en utilizarlo y cuenta las facilidades que aporta en cuanto a que el páncreas automatizado realiza las funciones de control que habitualmente realizaba ella, con lo que se gana en independencia además de precisión por no hablar de que ya no es necesario realizar varias veces al día múltiples pequeños pinchazos en las yemas de los dedos para tomar una muestra de sangre con la que verificar el nivel de glucosa.
La siguiente fase se iniciará en 2013 sobre un total de 120 pacientes de Estados Unidos, Francia e Italia.