Prohibido estresarse y prohibido deprimirse. Es lo que más de uno pensará al conocer las conclusiones de un estudio médico que ha asegurado que tanto la depresión como el estrés son una de las causas por las cuales un ser humano puede perder volumen cerebral. Así lo ha confirmado un equipo de investigadores de Yale, que han publicado su estudio en la prestigiosa 'Nature Medicine'.
"Queríamos poner a prueba la idea de que el estrés provoca una pérdida de sinapsis en el cerebro humano", aseguraba Ronald Duman, uno de los principales investogadores. Y lo consiguieron. A lo largo de sus estudios pudieron corrobar como el interruptor genético -conocido como 'factor de transcripción'- se reprime a consecuencia del estrés dejando de producir varios genes que resuñtan necesarios para las conexiones sinápticas cerebrales. Por tanto, podríamos decir que nuestro cerebro 'pierde piezas'.
Cuando nuestro motor detecta que estamos estresados, los
"circuitos normalmente involucrados en la emoción"
y la propia cognición se interrumpen. Unas conclusiones que ha sido posible extraer gracias al análisis de tejidos de pacientes con depresión y de otros totalmente sanos. Los investigadores comprobaron de primera mano como los cerebros de los pacientes con una depresión diagnosticada tenían un nivel inferior de los genes que se necesitan para hacer funcionar correctamente las sinapsis cerebrales.
Según H.J. Kang, coautor del estudio, al menos cinco de estos genes estarían controlado por un único factor de transcripción, que ha recibido el nombre de GATA1. Cuando este mismo se encuentra activado, los ratones que sirvieron para elaborar el estudio se mostraron deprimidos. Por tanto, dentro del extenso estudio se ha corroborado como el GATA1 tiene un papel clave en todo este proceso y colabora de forma clave en la pérdida de neuronas, lo que lleva a mostrar síntomas depresivos.