Io9 ha publicado un post en el que presenta los 7 dispositivos (casi) científicos para medir el apetito sexual de los seres humanos. Su selección se debate entre el surrealismo, la ciencia y el onanismo patentado. Todo lo que hace que un post merezca la pena. Para ellas, hablan entre otros del invento de John Perry, un dispositivo con forma, naturalmente, de consolador, que utiliza un sensor del flujo sanguíneo y otro de la actividad muscular. El dispositivo fue perfeccionado por el Sexual Psychophysiology and Psychoneuroendocrinology Laboratory de la universidad de Columbia. Lo llaman Photoplethysmograph y mide el volumen sanguíneo vaginal, la amplitud del pulso vaginal y el ritmo cardíaco. Destaca otro método menos invasivo para ellas y, para ellos, uno muy invasivo:
Laura Lanzo ha ideado un método menos molesto para medir el apetito sexual femenino: una linea de lencería íntima con puntos sensibles al calor que cambian de color cuando aumenta la temperatura en las zonas erógenas.
Y, para ellos, sólo os hablo de un dispositivo: la sonda anal. De veras. Al parecer, sirve para monitorizar las contracciones musculares durante los orgasmos. El sistema ha sido investigado en la universidad Medical School de Minnesota con distintos sujetos de estudio y han encontrado, puedo decirlo más alto pero no más claro, distintos tipos de orgasmo masculino según las contracciones musculares del año.
