El 27 de junio, un edificio en construcción, pero ya con sus 13 pisos levantados, se vino abajo en Shanghai por unos cimientos de papel maché. No sólo fue una torpeza arquitectónica, sino que se convirtió en tragedia porque murió uno de los obreros. Pues bien, una empresa turística no ha perdido tiempo y apenas unas semanas después ha organizado visitas turísticas a razón de unos 150 euros por cabeza. Y logró 100 reservas el primer día. Como decía un amigo mío, es para mear y no echar gota. Al parecer, la agencia ha retirado la oferta de la web, aunque sigue dando el servicio. Con todo, lo mejor el vídeo en el que se explica el caso es la representación del derrumbe hecha por Fuji TV
