jueves, 28 de enero de 2010

científicos logran transformar las células de la piel en neuronas


Con tres genes y doce días de cultivo, las células cutáneas de ratones se convirtieron en cerebrales.

Las células madre eran una de las mayores promesas de la Medicina de este siglo y, desde hoy, están en riesgo de convertirse en meras intermediarias de las que se puede prescindir. Y todo por un nuevo hito científico, el logrado por investigadores de la californiana Universidad de Stanford, que han convertido células de la piel de ratón en neuronas. Directamente, y sin necesidad de devolver a las células cutáneas a su estado embrionario original (células madre), como paso previo para transformarlas en una población celular distinta.
Con este nuevo método, que detallan en la revista «Nature», lascélulas madre se quedan fuera de la ecuación que planteaba el que hasta ahora era el último logro en este campo: las células pluripotenciales inducidas en el laboratorio o células iPS. Este incipiente campo de investigación, descubierto en 2007, proponía la obtención de células madre a partir de una célula adulta común (de la piel o del pelo) por medio de su manipulación en el laboratorio. Una vez obtenidas, las células madre volvían a ser persuadidas artificialmente para transformarse en neuronas, miocardiocitos o la población celular que se pretendiera.
Bastó la introducción de tres genes en las células de la piel para que éstas empezaran a comportarse como neuronas, «plenamente funcionales, que pueden cumplir las principales tareas de una neurona, como enviar señales eléctricas o formar conexiones entre sí», explica el coordinador del trabajo, Marius Wernig, profesor de Patología en Stanford.
El reto ahora es reproducir lo conseguido con células humanas. Con el tejido de ratón hizo falta una semana para lograr la conversión en sofisticadas neuronas. La eficiencia del proceso fue del 20 por ciento.
Si la estrategia prospera y se comprueba su seguridad en humanos, la promesa de las células madre habrá durado 12 años. Fue en 1998 cuando científicos de la Universidad de Wisconsin aislaron las primeras células madre embrionarias. Apenas unos años después, se identificaban las células madre adultas, presentes en el organismo ya formado, y cuyo uso no planteaba dilemas éticos