martes, 30 de septiembre de 2014

Los ojos de una gamba inspiran una cámara que 've' el cáncer

La gamba mantis (Gonodactylus smithii) es un colorido –y agresivo– crustáceo en cuya mirada podría estar la clave para detectar el cáncer de una forma precoz, barata y no invasiva. Un equipo de investigadores ha desarrollado un sensor capaz de imitar la visión de este crustáceo para diferenciar tumores. En el futuro podría ser tan pequeño como para incorporarse a la cámara de un smartphone e incluso plantar la semilla de nuevos sistemas de navegación.
Los ojos de  este animal son capaces de distinguir la luz polarizada –aquella que vibra en un mismo plano–, algo imposible para los seres humanos.
“La gamba no puede ver el cáncer”,
aclara el coautor del estudio e investigador de la Universidad de Washington en San Luis (EEUU), Viktor Gruev,
“pero ha inspirado nuestra tecnología de detección inteligente que sí lo hace”.

De esta forma, el reflejo que causa este tipo de luz sobre las células del organismo, permite al sensor distinguir un tejido cancerígeno de uno sano, para así detectar gran variedad de tumores e incluso visualizar la actividad cerebral. Algo que, de momento, han logrado en ratones con su primer prototipo.

“La cámara desarrollada convierte una información que sería invisible para nuestros ojos en colores reconocibles”,
explica el coautor del estudio e investigador de la Universidad de Queensland (Australia), Justin Marshall. El científico explica que las gafas de sol polarizadas son un ejemplo de cómo se utiliza esta tecnología hoy en día para evitar los reflejos.

Diagnostíquese mediante un 'selfie'
Gruev explica que de momento se han centrado en investigar las fases iniciales del cáncer de colon. Según explica, la cámara podría incorporarse a las colonoscopias para detectar con eficacia tumores en una fase muy temprana. El investigador también asegura que en un futuro trabajarán con cáncer de páncreas.

El objetivo final es el uso de métodos no invasivos de detección, que reduzcan las dolorosas biopsias y ayuden a guiar los procedimientos quirúrgicos. Aunque ya existen dispositivos no invasivos que detectan tumores basándose en la luz polarizada, estos son sistemas caros y enormes.

Es por este motivo que los investigadores pretenden desarrollar alternativas mucho más pequeñas y baratas, hasta el punto de que puedan ser introducidas en un smartphone. Una posibilidad que Gurev confía que se vuelva realidad “en un par de años”. Así, Marshall espera que se puedan rediseñar las cámaras de los móviles para que la gente se pueda automonitorizar, lo que disminuiría los tiempos de espera en los hospitales y aceleraría los diagnósticos.

El matrimonio entre smartphone y salud es un área en expansión que Apple ya ha incorporado en su último sistema operativo iOS 8 con su aplicación Health. No sería de extrañar, por lo tanto, que se incorporen este tipo de sensores a los teléfonos en un futuro.

Un nuevo tipo de GPS
Gruev adelanta otras "interesantes" aplicaciones de su dispositivo, que podría emplearse en navegación, a modo de GPS, gracias a su capacidad para detectar la luz polarizada del cielo, una forma de orientación que ya utilizan otros animales como la abeja de la miel y los pájaros. Según el experto, la polarización de la luz es única en cada lugar, debido a la "dispersión" de la luz en la atmósfera, por lo que sería sencillo llevar a cabo un sistema de orientación que se basara en estos patrones.

La gamba mantis es un feroz depredador que exhibe una violencia extraordinaria. Puede propulsar sus pinzas con una aceleración equiparable a la de una bala del calibre 22, hasta el punto de poder romper el cristal de un acuario. Estas extremidades se mueven tan rápido que logran hacer hervir el agua a más de 100⁰C por supercavitación, lo que genera una onda expansiva que puede matar a la presa aunque el crustáceo falle el golpe. Por suerte en esta ocasión los científicos han elegido sus ojos para aplicaciones pacíficas.