martes, 17 de junio de 2014

Hormonas femeninas, posible causa de la alta tasa de obesidad en hombres occidentales

Un desequilibrio provocado en hombres por hormonas sexuales femeninas en los países occidentales podría estar contribuyendo a los altos niveles de obesidad masculina de nuestras sociedades, sugiere una nueva investigación de la Universidad de Adelaide, en Australia.
En un artículo publicado en la revista en línea PLoS ONE, los investigadores de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad sugieren que la obesidad entre los hombres occidentales podría estar relacionada más concretamente con la exposición a sustancias que contienen estrógenos (hormona sexual femenina), sustancias que sobre todo se encuentran en las sociedades opulentas, como los productos de la soja o los plásticos.

Características del estudio
James Grantham, uno de los autores del estudio, y sus colaboradores compararon las tasas de obesidad entre hombres y mujeres de todo el mundo, con medidas tales como el Producto Interior Bruto, con el fin de determinar el impacto de la riqueza sobre la obesidad.

Así descubrieron que, si bien era corriente que las mujeres de los países en desarrollo tuvieran niveles de obesidad significativamente mayores que los hombres, en el mundo desarrollado el panorama era bastante diferente.
"El aumento de peso impulsado hormonalmente se da, en mucho mayor medida, en las mujeres que en los hombres. Esto resulta muy claro si se ven los índices de obesidad del mundo en desarrollo", explica Grantham en un comunicado de la Universidad de Adelaide.

"Sin embargo, en el mundo occidental (Estados Unidos, Europa y Australia) las tasas de obesidad entre hombres y mujeres están mucho más cercanas. En algunos países occidentales, la obesidad masculina es mayor que la obesidad femenina".
"A pesar de la mala alimentación es, sin duda, la principal responsable de este hecho, creemos que hay más factores influyentes, además del alto consumo de calorías",
asegura el investigador.
Otros efectos posibles
Grantham y el coautor del estudio, Maciej Henneberg, creen que en sociedades con una dieta de alto contenido en soja, como Estados Unidos, esto puede hacer que los varones se
"feminicen",
y que sus cuerpos imiten artificialmente la manera en que las mujeres ganan peso. Pero habría más.

"Una fuente bien establecida de xenoestrógeno (compuestos químicos que son agentes hormonales activos) es el polivinilo (más conocido como PVC). El uso de este producto está generalizado en la mayoría de los países ricos, y se halla desde en dispositivos médicos de plástico hasta en tubería para el agua",
explica Henneberg.

La presencia de estos materiales y de determinados alimentos podría estar provocando cambios micro-evolutivos en las sociedades occidentales, y también cambios en la testosterona y los estrógenos de los hombres.
"Esto podría explicar ciertamente algunos efectos preocupantes, como la reducciones del conteo de esperma en los hombres de las naciones desarrolladas",
sigue diciendo Henneberg.

Sin embargo, los científicos afirman que aún se necesitarán más investigaciones para determinar si verdaderamente factores ambientales podrían estar provocando una "feminización" de los hombres en el mundo occidental.

También peces feminizados
La feminización por exposición a factores ambientales, aunque sorprendente, parece no estar afectando solo a nuestra especie. En otro estudio de marzo de este mismo año, miembros del equipo de Biología Celular en Toxicología Ambiental de la Universidad del País Vasco/EHU descubrieron también indicios de "feminización", en este caso, en peces macho de los estuarios de Gernika, Arriluze, Santurtzi, Plentzia, Ondarroa, Deba y Pasaia.

Los primeros casos fueron datados entre 2007 y 2008, y se estableció que contaminantes que actúan como estrógenos serían los causantes de este fenómeno.

El origen de estos contaminantes de las aguas se encontraría en productos de uso común como plastificadores, pesticidas, píldoras anticonceptivas, fragancias y detergentes, entre otros. Todos ellos productos con los que conviven los humanos.