viernes, 20 de junio de 2014

“La teoría de los radicales libres es errónea: no nos envejecen, alargan la vida”

¿Cuál es el secreto para envejecer más lentamente y vivir más? Desde luego no los antioxidantes, según asegura un nuevo estudio publicado en el número de esta semana de la revista Cell.

Mucha gente cree que los radicales libres, las moléculas en ocasiones tóxicas que produce nuestro cuerpo cuando procesamos el oxígeno, son los culpables del envejecimiento. Sin embargo, un número creciente de estudios en los últimos años están demostrando que, de hecho, los radicales hacen justo lo contrario: retrasan el envejecimiento.
Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad McGill (en Canadá) ha llevado esta teoría un paso más allá, al mostrar cómo los radicales libres promueven la longevidad en un organismo, la lombriz C. elegans (uno de los modelos de estudio más usados en biología). Los científicos han descubierto que los radicales libres actúan en un mecanismo molecular que ordena a la célula a quitarse la vida.

Esta muerte celular programada, conocida como apoptosis, es un proceso por el cual las células dañadas cometen suicidio en una gran variedad de situaciones: para evitar convertirse en células cancerígenas, para evitar provocar una enfermedad autoinmune, o para matar los virus que han invadido la célula. El principal mecanismo celular que provoca este proceso es bien conocido en todos los animales, pero se descubrió por primera vez en la C. elegans (lo que le valió el premio Nobel de 2002 a a Sydney Brenner, H. Robert Horvitz y John E. Sulston).

Lo que han descubierto los investigadores canadienses es que este mismo mecanismo, cuando es estimulado de forma correcta por los radicales libres, refuerza el sistema defensivo de las células e incrementa su esperanza de vida.

Un nuevo paso hacia el elixir de la juventud
“La gente cree que los radicales libres nos dañan y envejecen, pero la teoría del envejecimiento de los radicales libres es incorrecta”,
asegura Siegfried Hekimi, profesor de biología en la Universidad McGill y autor principal del estudio.
“Hemos dado la vuelta a esta teoría al probar que la producción de radicales libres se incrementa durante el envejecimiento porque, de hecho, sirven para combatirlo, no para causarlo. De hecho, hemos logrado elevar la generación de radicales libres [en la lombriz] logrando que viva mucho más tiempo”.

Según Hekimi, el hallazgo de su equipo tiene importantes implicaciones:
“Al mostrar que en realidad los radicales libres pueden tener un efecto rejuvenedor se evidencian sus efectos beneficiosos como moléculas de señalización. También significa que la apoptosis se puede utilizar para estimular los mecanismos que retrasan el envejecimiento”

Estimular la apoptosis podría ser importante para tratar diversas enfermedades neurodegenerativas. En el cerebro la señalización apoptótica puede ser dirigida específicamente a aumentar la resistencia al estrés de las células dañadas en lugar de matarlas. Esto debe ser así, asegura Hekimi, porque es más difícil reemplazar las neuronas muertas que otros tipos de células, dado lo intrincado de sus conexiones.

“Dado que el mecanismo de la apoptosis ha sido muy estudiado en las personas, debido a su importancia en el sistema inmunitario y el cáncer, ya existen muchas herramientas farmacéuticas que manipulan el proceso”,
explica el investigador canadiense.
“Pero eso no significa que frenar el envejecimiento vaya a ser fácil”.