martes, 22 de julio de 2014

Demuestran la eficiencia de un nuevo fármaco contra la malaria con el Sincrotró Alba

Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de Catalunya, la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) y de la Universidad de Glasgow han demostrado con la luz del Sincrotrón Alba la eficiencia del fármaco CD27 contra la malaria, unos resultados que han sido publicados en la revista Acta Crystallografica D.
A partir del estudio de la imagen en 3D de la estructura cristalina de un complejo de ADN y este medicamento, el grupo internacional de científicos, liderado por Lourdes Campos del departamento de Ingeniería Química de la UPC, han demostrado que puede ser una
"opción en el tratamiento contra la malaria",
han informado la UPC en un comunicado. El fármaco, que es un compuesto sintentizado por investigadores del Instituto de Química Médica (IQM)-CSIC, está
"químicamente relacionado con las diamidas —moléculas de dos amidas—"
y se ha utilizado con éxito contra otros parásitos similares del género Trypanosoma, que en África produce la enfermedad del sueño y la enfermedad de Chagas en América del Sur.

Los resultados, que han sido validados y depositados en la Protein Data Bank, muestran que el fármaco CD27, que está libre de patente para permitir su futura libre comercialización, cubre por completo la grieta menor de una zona del ADN, y evita así el desarrollo normal del parásito y provoca su muerte. La investigación permite una
"mejor comprensión"
de esta familia de compuestos y puede contribuir significativamente al desarrollo de nuevos fármacos más efectivos contra la malaria, una enfermedad que causa más de un millón de muertes al año. Un fármaco en el Sincrotrón Alba.

Los investigadores han analizado los cristales del complejo del fármaco con el ADN utilizando rayos X en la línea de difracción de macromoléculas Xaloc del Sincrotró Alba, de manera que los rayos proyectan imágenes con señales de puntos que permiten determinar la estructura tridimensional de la molécula tras un análisis matemático. Una vez se dispone de la imagen en 3D, los científicos han identificado los detalles de la estructura del fármaco, lo que les ha permitido reconocer regiones de ADN cubriendo la grieta menor de ADN, lo que evita el desarrollo normal del parásito y facilita un diseño racionalizado de nuevos fármacos teniendo en cuenta las interacciones moleculares.