lunes, 5 de abril de 2010


Estás que se te hacen los dedos huéspedes pensando en el momento de tener tu iPad en tus pecadoras manos.
Ya has repasado todo lo que vas a hacer con el hermano XXL del iPhone/iPod touch y has empezado a elaborar la lista de accesorios y complementos en los que te vas a dejar el sueldo. Pero te faltaba un pequeño aditamento que te hará rememorar esas tardes de gloria en el salón de máquinas recreativas de tu infancia: el iCade. No, no es una carrera universitaria muy dura con la que de mayor ganar mucha pasta, es algo incluso mejor.
Los clásicos juegos arcade están hechos para ser jugados no con la pantalla táctil sino con el mítico joystick en forma de pirulí y un par de botones bien grandes y bien gordos a los que aporrear inmisericordemente. Si le sumamos los miles de juegos accesibles a través de los emuladores MAME solo necesitabas una reconstrucción de las recreativas de tu adolescencia en la que encajar el iPad.
La gran ventaja del iCade es que solo te va a costar dinero de una vez y no necesitarás ir corriendo a buscar cambio cuando estás a punto de masacrar al jefe de final de fase. Tiene una conexión de 30 pins donde encajar el iPad de manera que pasas a controlar los juegos desde el joystick y los botones de la consola una vez que arrancas la aplicación iCade en tu dispositivo.
La alimentación de energía además está garantizada porque incluye un adaptador USB de 10w para que puedas conectarlo a la corriente y no quedarte sin batería mitad de partida, que eso sí que frustra