jueves, 16 de septiembre de 2010

La NASA lanzará scramjets desde railguns masivos


Esto es lo que tendrán que hacer los astronautas, y muy bien, si van a viajar en el futuro en scramjets al espacio. Porque con el programa del transbordador espacial terminado (y 2 de 5 transbordadores tripulados perdidos en accidentes), la NASA se plantea usar estos vehículos para mandar a los astronautas al cielo. Al real, no al figurado, esperemos.
Otra opción que se está barajando es utilizar enormes railguns para catapultar las naves espaciales fuera de nuestra atmósfera. Como lo lees.
Ah, bueno, y se está barajando el utilizar ambas cosas a la vez.
Antes de nada hay que decir qué es un scramjet o estatorreactor de combustión supersónica. Aunque es complicado hacerlo en pocas líneas, se trata de un tipo de vehículo con un motor a reacción sin compresores ni turbinas, preparado para funcionar a velocidades supersónicas. La propia velocidad se encarga de comprimir el aire para hacerlo funcionar.
Por otra parte, una railgun o cañón de riel, se trata de un artilugio electromagnético capaz de acelerar proyectiles a gran velocidad. El proyectil (sea una bala o una nave espacial) se sitúa sobre un mecanismo que cierra el circuito entre los dos rieles, que por efecto del electromagnetismo dispuesto en el sistema se dispara hacia la dirección deseada.
Bien, pues una combinación de ambas tecnologías es lo que la NASA se plantea para las futuras misiones espaciales. Adiós al motor de combustión como fuente principal de energía. Un scramjet, por sí solo, es capaz de, al menos, cuadruplicar la velocidad de un transbordador espacial. Claro que, para mantener ese ritmo, en un principio necesita alcanzar una velocidad mínima (por su principio de funcionamiento). ¿Cómo acelerarlo? Sobre un cañón de riel. Por supuesto, ha de ser del tamaño apropiado, como si fuera una vía de tren de levitación magnética (MagLev). Puede ser visto de la misma manera, con la diferencia de que en lugar de hacer levitar, acelera hasta catapultar.
La NASA, de momento, seguirá con sus cohetes. Pero el coste de los tanques de combustible es altísimo, y añaden un peso que hace que sea necesario aún más combustible para elevar el propio combustible (sólo hay que echar un vistazo a los transbordadores en el momento del despegue, los depósitos son mayores que el propio aparato). No obstante, tanto DARPA como la NASA llevan años investigando y desarrollando ambas tecnologías por separado.