lunes, 4 de noviembre de 2013

Los siete mitos más dañinos sobre la propagación del cáncer

El incremento de los diagnósticos de cáncer durante las últimas décadas, vinculado al aumento de la esperanza de vida y a los hábitos de vida poco saludables, está siendo acompañado por la propagación de una serie de mitos sobre esta enfermedad. La desinformación genera frecuentes malentendidos que pueden llevarnos a rechazar un tratamiento o a caer en una prevención casi obsesiva, al relacionar una infinidad de productos o alimentos con un mayor riesgo de padecer cáncer.

Con el objeto de evitar estas situaciones, es preciso señalar algunos de los mitos más comunes sobre el cáncer. Partiendo de las conclusiones de diferentes estudios y de un reciente artículo científico publicado por varios oncólogos del Houston Methodist Cancer Center, estos son los argumentos que desmontan algunos de estos mitos.

Es una enfermedad hereditaria
Las personas con antecedentes familiares tienen más riesgos de desarrollar cáncer, pero para nada se trata de una causa-efecto definitiva, pues se calcula que cuatro de cada diez casos pueden evitarse adoptando un estilo de vida más saludable. El tabaquismo, el alcoholismo y la obesidad son tres factores de riesgo que aumentan más las posibilidades de padecer cáncer que la herencia genética. Por tanto, la supresión de estos perniciosos hábitos, junto a una dieta saludable, es fundamental para prevenir la enfermedad.

Las personas mayores no son aptas para someterse a un tratamiento
No existe ningún límite de edad para tratar esta enfermedad. Los pacientes con cáncer deben recibir el tratamiento que mejor se adapte a su condición física, independientemente de la edad que tengan. Tanto es así, que un elevado número de personas de avanzada edad responden tan bien como lo puede hacer los jóvenes. Lo que sí ocurre en numerosas ocasiones es que los mayores suelen padecer otra serie de enfermedades que limitan los tratamientos a los que se pueden someter, así como sus beneficios.

Las ondas electromagnéticas de telefonía causan cáncer de cerebro
“Si los móviles produjeran tumores, todos los varones los tendríamos en los testículos”,

explicaba el catedrático de medicina y científico del Instituto de Investigación del Cáncer de Salamanca, Rogelio González, durante una conferencia del Mes de la Salud de Caja Rural. Las demandas de las comunidades de vecinos contra los propietarios de los repetidores de telefonía instalados en sus azoteas, así como la difusión por la red de estudios sin apenas base científica sobre esta cuestión, han contribuido a alimentar el mito, sobre todo en lo que se refiere al cáncer de cerebro o de testículos.

A mediados de este mes de octubre, la agencia francesa de seguridad alimentaria y sanitaria (Anses, por sus siglas en francés) publicó las conclusiones de un metaestudio. a partir de las 300 investigaciones más importantes sobre el tema con unas rotundas conclusiones:
“No existe ningún efecto cancerígeno demostrado”.
Además, la agencia gala hace hincapié en que no es necesario rebajar los límites de exposición de la población a las ondas magnéticas. La radiación que producen estas ondas, así como los rayos X o gamma, tendría que multiplicar los valores habituales para llegar a producir cambios genéticos en las personas que la reciben.

Las biopsias pueden empeorar y propagar el cáncer
Las probabilidades de que el cáncer se propague por usar una aguja para la extracción de un fragmento de tejido (biopsia) son muy bajas. En el pasado se utilizaban agujas más grandes y la probabilidad de propagación era más alta, según apunta el oncólogo del Houston Methodist Cancer Center, Eric Bernicker. Un mito común acerca del cáncer es que se propagará si se expone al aire durante la cirugía. Otra cosa bien distinta es que el médico se encuentre con más tejido cancerígeno de lo que se esperaba tras haber realizado los estudios por imágenes.

Los protectores solares evitan el cáncer de piel
La utilización de cremas de protección solar es un recomendable hábito que reduce el riesgo de padecer cáncer de piel, pero está muy lejos de ser suficiente. En muchas ocasiones, esta creencia absoluta nos da una falsa sensación de seguridad, que nos puede llevar a pensar que por llevar crema solar no tengamos que limitar las horas de exposición al sol o no necesitemos cubrirnos con sombreros o camisetas en los momentos del día en que los rayos ultravioletas son más intensos y dañinos (de 12:00 a 16:00 horas).

Las lesiones o golpes en la cabeza pueden producir tumores
Se trata de una creencia obsoleta que data de principios del siglo pasado, cuando los científicos y médicos comenzaron a expandir la idea de que el cáncer de cerebro estaba causado por traumatismos anteriores. Los golpes no suelen generar un tumor en casi ninguna ocasión, aunque sí es cierto que cuando se sufre una lesión se hacen más pruebas médicas y puede aparecer un tumor. Sin embargo, éste ya estaba ahí por lo que el golpe no es la causa del tumor, a no ser que se trate de una rara excepción.

Da igual cómo se cocine, no tiene ninguna influencia
La forma en la que cocinemos la carne está asociada a una serie de riesgos para la salud nada desdeñables. Uno de los estudios que insiste en esta tesis es el llevado a cabo por el Instituto de Prevención del Cáncer de California, en el que se concluyó que preparar la carne con altas temperaturas, especialmente si se fríe, puede aumentar el riesgo de padecer cáncer de próstata hasta en un 40%, si se realiza de forma habitual.

Los investigadores observaron también que los hombres que consumían pollo al horno tenían menos riesgo de padecer cáncer de próstata, algo que no ocurría entre los que tomaban el pollo cocinado en sartén. Los responsables de estos daños son las aminas heterocíclicas (conocidas como HCA en inglés), que se forman en la cocción, unos cancerígenos que atacan el ADN.