lunes, 18 de noviembre de 2013

Trabajar después de los 65 años afecta a la memoria

Existen algunos estudios recientes que señalan que trabajar después de los 65 años podría ser beneficioso para el funcionamiento cognitivo (Roberts y cols., 2011), aunque también existen datos que indican lo contrario. En esta situación, Kandauda Wickrama y Catherine Walker, de la Universidad de Georgia en Estados Unidos han publicado un interesante estudio sobre la relación entre el trabajo después de los 65 años y el funcionamiento de la memoria. Evaluaron a una muestra de 8.165 personas mayores de 65 años en tres momentos temporales entre 2002 y 2006, recogiendo información sobre su situación laboral (trabajo a tiempo completo, retirado…), el tipo de trabajo que realizaban (manual, profesional…) y variables como edad o nivel educativo. También evaluaron su memoria inmediata presentándoles una lista de diez palabras que tenían que aprender y pidiendo que los participantes repitiesen en voz alta todas aquellas palabras que pudieran recordar inmediatamente tras acabar su presentación. Después de varios minutos, evaluaban su memoria demorada pidiéndoles de nuevo que recordasen la misma lista de palabras.

El resultado del estudio mostró que la situación laboral fue un buen predictor de la tasa de deterioro de la memoria inmediata entre el 2002 y el 2006. Aquellas personas mayores de 65 años que habían mantenido un trabajo a tiempo completo mostraron un menor declive en la memoria inmediata, incluso tras controlar otras variables como la edad.

Como los propios autores sugieren, es muy posible que estar ‘en activo’ laboralmente hablando, suponga mantener un mayor nivel de ejercicio de la memoria inmediata, y conservar ciertos hábitos de vida intelectual y social en la vida adulta ya ha demostrado favorecer un mejor nivel de rendimiento cognitivo. Queda aún por averiguar el papel que variables como el estrés laboral tienen sobre esta relación entre trabajo y memoria.