martes, 9 de abril de 2013

El próximo supermaterial que podría cambiar el mundo se cultiva, no se crea

La producción de biocombustible sostenibles logró un progreso importante estos últimos días cuando científicos anunciaron un avance que podría transformar la manera en que se producen.
Científicos de la Universidad de Texas están utilizando genes de la familia de bacterias que produce el vinagre, para cultivar algas que producen nanocelulosa para biocombustibles y muchos otros productos.
La investigación afirma que sus resultados son algas capaces de producir grandes volúmenes de nanocelulosa, las moléculas de cadena larga que forman los troncos de los árboles, ramas, fibras de algodón y son el componente principal del papel y cartón.
Las moléculas de nanocelulosa no son diferentes de los plásticos. Son más fuertes que el acero, más rígidas que el Kevlar y también conducen electricidad. La nanocelulosa puede ser utilizada para crear pantallas flexibles o chalecos antibalas ligeros. También es súper absorbente que podría utilizarse para limpiar los derrames petroleros.
"Si somos capaces de completar los pasos finales, habremos logrado una de las más importantes transformaciones agrícolas",
dijo el Doctor R. Malcolm Brown, Jr.
“Vamos a tener plantas que producen nanocelulosa abundante y barata. Puede llegar a ser la materia prima para la producción sostenible de biocombustibles y muchos otros productos. Además de producir nanocelulosa, las algas absorben el dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero relacionados con el calentamiento global”.
Los mayores inconvenientes de los biocombustibles de primera generación es la utilización de cultivos de vegetales comestibles (por ejemplo el maíz o la caña de azúcar); o el cambio de uso de tierras dedicadas a la alimentación al cultivo de vegetales destinados a producir biocombustibles, provocando en otras ocasiones la desforestación o desecación de terrenos vírgenes o selváticos, ya que al subir los precios se financia la tala de bosques nativos.
Entonces la fabricación de biocombustibles a partir de algas o el aprovechamiento de la parte no comestible de las plantas podría proporcionar alternativas más sustentables.