martes, 9 de abril de 2013

La dieta de las ardillas les ha permitido sobrevivir 36 millones de años

Investigadores del Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont (ICP) han reconstruido la dieta de las primeras ardillas a partir de datos procedentes de la forma de la mandíbula de especies actuales y extintas, así como del estudio de su historia evolutiva. El trabajo ha permitido deducir que las ardillas que vivieron hace 36 millones de años se alimentaban de nueces y de semillas y que la mayoría de especies actuales han cambiado poco respecto a sus ancestros.
En concreto, tal y como publica la revista PLOS ONE, los investigadores Isaac Casanovas y Jan van Dam compararon 301 mandíbulas de 44 especies diferentes de ardillas para determinar que la forma de la mandíbula puede ser utilizada para inferir de forma fiable el tipo de alimentación de una determinada especie. Esto ha permitido concluir que Douglassciurus Jefferson, la especie de ardilla más antigua que se conoce, se alimentaba de nueces y semillas hace unos 36 millones de años.
La forma de la mandíbula de las ardillas que se alimentan de semillas o frutos con cáscaras muy duras, como la ardilla gigante índico, se caracteriza por un cuerpo robusto (la parte de la mandíbula que lleva los dientes) y unos procesos largos (las estructuras hueso que encajan la mandíbula con el cráneo y sirven para la inserción de los músculos). Esta forma les permite morder con mucha fuerza. En cambio, las que se alimentan de hojas, grano o insectos presentan mandíbulas más largas y delicadas porque no requieren un mordisco potente con los dientes incisivos. La ardilla gris, así como la mayoría de especies, tiene una mandíbula intermedia entre estos dos grandes tipos, apto para consumir prácticamente cualquier cosa.
Actualmente hay unas 200 especies de ardillas distribuidas por bosques de casi todo el planeta. En la mayoría de casos han conservado las características de sus ancestros, lo que hace que a veces se les llame
"fósiles vivientes".