Cierto es que la gelatina, la mermelada, la miel y en general cualquier fluido altamente viscoso y de colores brillantes (véase el ectoplasma o el blandiblu) resulta tan fascinante para el ser humano como las luces fluorescentes para los mosquitos.
Posiblemente esa fascinación ha sido la que ha llevado a una firma de diseño italiano a crear unas lámparas LED con forma de bote de mermelada y conteniendo un gel de colores vivos.
El dúo veneciano Semiki se ha tomado bastante en serio su idea, creando la marca Jelly Lamp y las lámparas que podéis ver en portada, llamadas Marmeled. Cuentan con 6 colores diferentes, aunque ellos lo llaman “sabores” pero lamentablemente el gel de su interior no es comestible.
El sistema funciona con 2 pilas AAA, lo que le da una autonomía de 50 horas de luz. Lo más curioso es su sistema de encendido, dándole la vuelta al bote, pero lo que es totalmente abusivo es su precio, 35 euros… si al menos contuvieran mermelada radioactiva me lo pensaría.
