La guerra fría se mantuvo “sin incidencias” de aniquilación masiva a escala mundial gracias a, al sentido común, o al temor al poder destructivo de las bombas atómicas y que, lanzar una, supusiera una respuesta en cadena por parte de los demás países que terminaría mandando a toda la humanidad a freír espárragos trigueros. Pero ¿sería realmente posible cargarse la Tierra o la Luna completamente a base de bombas atómicas?
Ahora gracias al diseñador gráfico Maximilian Bode podemos saberlo, se puede ver la cantidad de destrucción que originó la primera bomba atómica usada en la II GM, la Little Boy con 15 kt, necesitándose más de 3 millones y medio de bombas para fulminar el planeta.
Por otro lado tenemos la bomba más potente jamás detonada, la Tzar rusa con 50.000 kt y que se bastaría sólo de 15.594 para volatilizar el planeta.
Teniendo en cuenta que en el mundo hay actualmente de manera aproximada 20.500 bombas con una media de 33.500 kt, casi que ya podemos terminar con el mundo sin que ni siquiera quede terreno para que las cucarachas sobrevivan.
Vale, en Regreso al Planeta de los Simios les bastaba con una, aunque no creo que ese mundo distópico llegue nunca a producirse, no porque hubiera gorilas parlanchines disparando fusiles, sino porque Charlton Heston era astronauta.
