miércoles, 18 de abril de 2012

Los ateos disfrutan más del sexo que los creyentes

Religión y sexo son dos conceptos antagónicos. Los creyentes sufren un fuerte sentimiento de culpabilidad tras practicar relaciones sexuales, incluso en el caso de las conyugales. Su satisfacción, por tanto, es menor que la de los ateos y agnósticos. Estas son las principales conclusiones de la investigación Sexo y secularismo realizada por el sociólogo estadounidense Darrel Ray. El autor partió de las premisas de su experiencia personal (se crió en el seno de una familia próxima al fundamentalismo cristiano en Kansas) y las contrastó entrevistando a más de 14.500 personas con edades comprendidas entre los 25 y 30 años.
El sentimiento de culpabilidad por tener deseo sexual es casi el doble entre los devotos que entre los no creyentes. En una escala de cero a 10, los practicantes de religiones estrictas con los valores morales obtuvieron una media de 8,9, frente al 4.71 y 4.81 de los ateos y agnósticos, respectivamente. En el caso de los cristianos la media desciende hasta el 6,34. Una evolución o “mutación religiosa”, según las palabras del autor, entre las nuevas generaciones de practicantes que las lleva a “no seguir al pie de la letra lo que predica el Papa”.