martes, 14 de enero de 2014

Barato, ligero y resistente: el material que anhelan los cascos es el papel

La idea básica detrás de la mayoría de cascos de bicicleta es la de crear una zona de deformación que le otorgue al cerebro más tiempo para aminorar la velocidad antes de llegar a una parada en seco. En el caso de sufrir un impacto, esos pocos milisegundos adicionales pueden reducir la cantidad de compresión en el cerebro y, de esta forma, marcar la diferencia entre un daño cerebral y un caso leve de conmoción. Por el momento, entre los materiales más utilizados para protegernos en un accidente se encuentran el poliestireno y la fibra de carbono, pero un ingrediente secreto se está haciendo cada vez más popular en el mundo del ciclismo: el papel.

Tras un día sufrir un accidente en bicicleta, Anirudha Surabhi, un ingeniero residente en Londres, terminó dando varias volteretas cayendo sobre su propia cabeza. Al ver cómo quedó el casco que le salvó la vida, este joven decidió fabricar otro con materiales low cost pero igual de seguro inspirándose en el cartílago que protege el cráneo del pájaro carpintero contra los fuertes impactos que lleva a cabo cuando picotea.

Así nació Kranium, un casco ligero (596 gramos), fabricado a partir de dos tipos de cartón corrugado con una forma que recuerda y mucho a la de un panel de abejas.

La estructura en cuestión está compuesta por dos tipos de costillas o uniones. De esta forma, cuando se produce un impacto la fuerza es absorbida por las que tienden a flexionar y las bolsas de aire que hay entre ellas.
"En el momento en el que alguien sufre un accidente lo que hacen estas bolsas es absorber la energía de una en una, ya que son estancas",
ha explicado Surabhi.

La pregunta que se hacen muchos ahora es: ¿puede ser más seguro que el poliestireno o la fibra de carbono?

Un material válido para el uso diario
Según el propio autor, el diseño de papel ha sido probado con los estándares europeos y en comparación con un casco de poliestireno, los resultados son impresionantes.

Para José Ygnacio Pastor, catedrático de Ciencia de Materiales en la Universidad Politécnica de Madrid, "el cartón se usa tradicionalmente como sistema de embalaje y protección. Es un material muy barato y que absorbe muy bien los impactos. De la misma forma que el poliestireno. Cuando se sufre un accidente lo primero que hay que pensar es en liberar energía y la ventaja del papel es que se puede deformar mucho, además de ser ligero y de bajo coste".

"No es igual de eficiente que la fibra de carbono, pero nunca va a tener que soportar los mismos golpes y además es mucho más barato",
ha añadido.

En la misma línea se ha manifestado Javier León, responsable de Ingeniería Mecánica en la división de Aeronáutica, Espacio y Defensa de Altran.
"Lo más resistente es la fibra de carbono. En estos casos, si el golpe es suficientemente fuerte se rompe absorbiendo más energía que el poliestireno",
ha explicado.

"Por su parte, el papel en sí no vale para nada. No tiene ninguna rigidez. La clave de este casco está en su estructura, en la resina que haya utilizado y cómo la haya aplicado. Tiene que ser fuerte y sellar cada celda o bolsa de aire para que sean estancas y de esta forma hagan un efecto de airbag".

Pero Kranium no es el único casco fabricado con papel. En el mercado ya hay otros un poco menos seguros como por ejemplo Paper Pulp Helmet, un casco que se vende en máquinas expendedoras londinenses a solo 1,20 euros.

Panel de abeja, ¿la mejor estructura para los cascos?
Si el papel se ha convertido en una alternativa hoy en día, lo es gracias a su estructura con forma de panel de abeja. Algo que según Pastor no es tan novedoso.
"Si lo piensas, la forma de panel de abeja ya lo llevan los propios cartones. No es un invento nuevo".

De lo que no se libra es de las grietas, un mal que afecta a todos los cascos del mercado.
"En el momento en el que se produzca una fisura se debilita la estructura, sea el material que sea",
ha concluido.

"La forma de panel de abeja lo que hace es crear una especia de burbujas que amortiguan los golpes. La manera de hacer que trabajen bien es separando las capas mediante una estructura con paredes verticales con forma de hexágonos",
ha explicado al respecto Javier León.

¿Siguen sin fiarse del papel? El creador de Kranium ha querido dejar un mensaje para los más escépticos: "Los especialistas de las películas llevan saltando sobre cajas de cartón desde hace décadas, jugándose la vida. No lo harían si no supieran que el papel realmente funciona".