viernes, 22 de marzo de 2013

los dinosaurios tenían sangre caliente

Los huesos de los mamíferos tienen anillos de crecimiento similares a los de los troncos de los árboles, según una investigación del Institut Català de Paleontologia (ICP) que se ha presentado en la revista Nature. Sus resultados echan por tierra el argumento principal de los especialistas que rechazaban que los dinosaurios tuvieran sangre caliente.
Del mismo modo que los árboles crecen más en primavera y verano que en otoño e invierno, lo que cada año deja un nuevo anillo en el tronco, los vertebrados terrestres de sangre fría también crecen más en las estaciones cálidas que en las frías. Los huesos de reptiles y anfibios presentan así una sucesión de anillos claros y oscuros. Dado que en los fósiles de dinosaurios también se ha encontrado este tipo de anillos, algunos paleontólogos han defendido que los dinosaurios fueron animales de sangre fría.
No todos los especialistas en dinosaurios han defendido esta idea. El gran tamaño de algunas especies era difícil de explicar sin un metabolismo activo como el de los animales de sangre caliente. Además, la alta densidad de vasos sanguíneos observada en fósiles de dinosaurios también es parecida a la de aves y mamíferos. Pero, por otro lado, con sangre caliente, su crecimiento no hubiera dependido de las estaciones del año y no hubieran tenido anillos de crecimiento. Un argumento a favor de esta idea es que no se habían encontrado anillos de crecimiento en huesos de mamíferos.
"Me sorprendió descubrir que no se habían encontrado porque nadie los había buscado",
explica Meike Köhler, investigadora Icrea del ICP y directora del trabajo. Köhler los buscó en el marco de una investigación para comprender cómo los cambios de temperatura, las lluvias, las sequías o la abundancia de alimento afectan al crecimiento de los mamíferos.
"Nuestra idea inicial no era estudiar el metabolismo de los dinosaurios, aunque desde el principio nos dimos cuenta de que estaba relacionado",
añade.
Desde el 2009, los investigadores han estudiado fémures de 41 especies de rumiantes de latitudes que van desde el ecuador hasta los polos. Las especies estudiadas incluyen desde jirafas y antílopes africanos hasta renos. En todas ellas los investigadores han encontrado anillos de crecimiento. Por lo tanto,
"si los dinosaurios tienen este tipo de anillos, esto no significa que no tuvieran sangre caliente",
concluye Köhler. Además, que los anillos aparezcan por igual en mamíferos de cualquier latitud indica que su crecimiento no depende de la mayor o menor disponibilidad de alimento según la estación del año -ya que en ese caso el fenómeno sería más acusado en los polos que en el ecuador-. ¿De qué depende entonces? Según Köhler,
"probablemente es una estrategia de supervivencia muy antigua regulada por nuestro reloj interno".