miércoles, 11 de diciembre de 2013

7 cosas que no sabías de las impresoras en 3D

El futuro es en 3D. Esta afirmación ya es un hecho y es que las impresoras en 3D traen consigo la esperanza de proyectos nunca imaginados en un futuro muy cercano. Sin embargo, a día de hoy siguen dejando boquiabierto a cualquiera que observa su labor, pues son un gran desconocido, algo casi milagroso, por eso, aquí os decimos las 7 cosas que no sabes de las impresoras en 3D.
1. La impresión en 3D comenzó con el láser.
Parece algo sumamente novedoso pero lo cierto es que todo empezó en la década de 1980, cuando los ordenadores podían trazar un patrón que se sumergía en un polímero líquido, el patrón se endurecía gracias al láser, y así se construía un objeto de plástico. Era la técnica de la estereolitografía.

2. Las impresoras 3D modernas funcionan igual que las de inyección tinta.
El método ha ido evolucionando y este año se ha conseguido que una cabeza mecánica cree un objeto en tres dimensiones de la misma forma que una de inyección imprime un texto en una hoja.

3. Puedes imprimir casi cualquier cosa.
Se ha superado la fase de impresión con materiales sintéticos y ahora se puede imprimir con metales o incluso queso o chocolate. Y con este avance se lleva a cabo uno de los mayores retos en medicina, la impresión de órganos 3D.

4. Implica generar menos residuos en la producción.
En la producción de cualquier objeto se producen cortes, perforados…una serie de pasos que implican tirar materiales y excedentes a la basura. La impresión en 3D es un proceso aditivo sobre la creación del objeto base.

5. Los riesgos de la manufactura disminuyen.
La impresora produce lo que el ordenador mande. En lugar de tener varias máquinas, de una sola se pueden sacar todos los productos que se necesiten y a la escala preestablecida que se necesite. Así que no hace falta producir de una tacada cientos de productos para amortizar la instalación y la fabricación vuelve más ágil y menos problemática económicamente.

6.Todo el mundo obtiene lo que quiere.
Es aplicable a cualquier negocio, adaptable a cualquier circunstancia, volumen y financiación, porque como no requiere de la creación de cientos de productos ni del consiguiente convencimiento a terceros de que todos ellos se venderá, se puede producir en la medida que se quiera. Eso en cuanto a oferentes. Pero obtendrían otro beneficio añadido y es que los demandantes buscan cada vez más la personalización y la co-creación del producto, con estas impresoras es posible porque se produce a medida.

7. Podría hacer surgir nuevos modelos de negocio.
Este punto se refiere a la localización de la producción, si se puede llegar a imprimir todo lo que se quiera, el mercado de ciertos productos podría llegar a convertirse en algo regional. Aunque, evidentemente nunca podría transformar absolutamente la fabricación tal y como la conocemos. Pero va más allá, puede que el etiquetado
“hecho en…”
se convierta en
“hecho en casa”,
pues a día de hoy toda la tecnología que cotidiana era, hace poco, inimaginable, ¿por qué no iban a llegar a ser las impresoras 3D un elemento más?