martes, 3 de diciembre de 2013

Casados, pero cada uno en su casa

Cada uno en su casa y Dios en la de todos, para muchos, ser un 'Living apart together' (LAT) es la mejor manera de no discutir por problemas conyugales como dejar la ropa fuera de la lavadora o a quién le toca noche fregar los platos. La convivencia puede llegar a romper relaciones que parecían idílicas.
Como alternativa a esto aparecen los LAT, o lo que es lo mismo, personas que deciden tener pareja e, incluso, casarse y crear una familia pero que nunca llegan a convivir juntos.

Atrás quedó aquella célebre frase de
''los trapos sucios se lavan en casa''.
Ahora, cada uno pone tierra de por medio ante determinados problemas antes de tirarse la vajilla de boda a la cabeza. No hay nada como darse un respiro para ver las cosas de otra forma, y qué mejor manera de hacerlo que desde la intimidad del sofá de tu casa. Esto no quiere decir que las parejas LAT no hablen ni compartan vivencias pero ponen frenos a los problemas de la convivencia doméstica.

¿Miedo a fracasar en el amor?
Desde un punto de vista, las personas que deciden vivir de esta forma realmente sienten miedo a fracasar en el amor, como familia y como pareja. El hecho de no convivir con tu pareja no hace que desaparezcan los problemas típicos de los matrimonios, basados en muchos casos en la monotonía o en la rutina por el paso de los años. Ambos conceptos existen viviendo juntos o separados, pues el ser humano es un animal de costumbres y al igual que a la larga vivir juntos crea conflictos, vivir separados muchos más.

El hecho de convivir bajo el mismo techo no quiere decir que cada uno campe a sus anchas en la relación amorosa. En este tipo de parejas ambos quieren estar el uno con el otro y no se contempla la posibilidad de ser infiel. Este tipo de relación no implica dar alas para hacer lo que cada uno quiera, por lo que la confianza y el respeto son claves.
La verdad es que es una buena manera de no dar pie a que aparezcan determinados problemas pero considero que lo que por una parte te aporta te lo quita por otra. Al fin y al cabo, cuando discutes con tu pareja te quedas muy bien dando un portazo, pero es aún mejor cuando te reconcilias en la cama grande de la habitación que compartís. Una relación deberia ser compartir cama, techo y trapos sucios.