miércoles, 26 de octubre de 2011

Lytro, la historia de una cámara que revolucionará la fotografía


El mundo de la fotografía está a punto de sufrir una auténtica revolución, y no crean que será gracias a una innovación de alguno de los grandes fabricantes del sector, sino al empuje de una start up de, cómo no, Silicon Valley. Ren Ng, cofundador de la compañía, se encontraba fotografiando a la hermana de un amigo suyo y reconoció que “es muy difícil conseguir un buen enfoque e inmortalizar su sonrisa”. Tras esa inocente frase se encontraba el germen de una firma que cambiará el mundo de la fotografía para siempre. Ng terminó su doctorado en la tecnología Light-field (campos de luz) y decidió fundar una empresa que fabricara un nuevo tipo de cámara que cambiara la fotografía tal y como la conocemos. Había nacido Lytro, la empresa que dará luz a lo que sus fundadores ya han bautizado, “la fotografía 3.0”.
Se enfoca después de tomar la foto
Hasta la fecha, la historia de la fotografía siempre ha girado en torno a un mismo proceso: el fotógrafo enfoca el objeto o persona a inmortalizar y obtiene el resultado en forma de instantánea. La tecnología y el autoenfoque han convertido este proceso en algo casi automático y con las cámaras modernas resulta difícil sacar una foto que no esté en condiciones. Pero Lytro renuncia a este planteamiento. La firma de California ofrece una alternativa mucho más ambiciosa: tomar la fotografía en grueso y seleccionar posteriormente la parte que queremos enfocar. Se trata de una revolución tangible que ya tiene forma de producto y pronto podremos disfrutar.
El “milagro” se consigue gracias a una tecnología conocida como ‘campo de luz’ y que permite el enfoque infinito. No es necesario incorporar motores que faciliten el autofocus y la foto se toma de forma instantánea. El trabajo de selección para el fotógrafo llega después, pero todo asistido mediante software. Sin embargo, y pese a lo revolucionario de la tecnología, Ng no lo tuvo fácil en los inicios. La mayor parte de los inversores dio la espalda a estos locos innovadores, salvo Ben Horowitz y Charles Chi, que apostaron por el proyecto con la condición de partcipar en la gestión de la empresa. “Debía estar delirando cuando decidí meterme aquí”, confesaría ilusionado Chi en una entrevista.
La cámara 3.0 es una realidad tangible y de hecho se ha abierto la el plazo de reservas. Se esperan los primeros modelos para comienzos de 2012 y sus creadores han querido transgredir también en diseño y funcionalidad. Lytro no es una cámara al uso. De forma tubular, apenas cuenta con dos botones: encendido y disparo. Simplificación al máximo aderezada también con una pantalla táctil para gestionar las imágenes.
“Las cámaras convencionales son demasiado complejas de usar”,
afirma Ng,
“con todos esos botones, modos y configuraciones”.
Lytro acaba con todo ese engorro borrando de un plumazo el grueso de los botones. El usuario simplemente apunta y dispara. Su precio promete emociones fuertes también: el modelo más económico se sitúa en los 399 dólares, importe que lo sitúa como una seria opción de compra.