lunes, 10 de octubre de 2011

Un sensor clasifica hasta 63 componentes en una partícula de polvo

El dispositivo abre nuevas posibilidades para la cura de enfermedades respiratorias.
Un grupo de investigadores de la Universidad del Estado de Ohio, en Estados Unidos, ha conseguido aislar 63 partículas en el polvo, gracias a un nuevo tipo de sensor construido en realidad para otros fines. La presente investigación, liderada por el profesor de Química James Coe y publicada en la prestigiosa revista The Journal of Physical Chemistry C, arroja luz a estudios previos sobre salud pública que han sugerido que las enfermedades respiratorias están vinculadas especialmente con las partículas que se encuentran en la atmósfera.
La mayor parte del polvo es de origen natural, ha comentado James Coe, profesor de Química de la Universidad Estatal de Ohio. Las 63 partículas que se identificaron eran principalmente manchas irregulares que contenían trozos de muchos elementos distintos.
Componentes esenciales
El componente más común de las partículas de polvo fue la materia orgánica,
señala Coe.
"Orgánico" en el sentido de que proviene de algún tipo de material vegetal o animal, aunque los investigadores aún no pueden decir con precisión de qué tipo de materia orgánica se trata. Coe ha señalado en este sentido que el grupo de investigadores está a punto de hacer los análisis en profundidad requeridos para averiguar su origen.
El cuarzo fue el segundo componente más común. Tanto la materia orgánica como el cuarzo fueron encontrados en más de la mitad de las partículas de polvo que los investigadores clasificaron. Sustancias químicas artificiales provinientes de la polución del aire, fertilizantes y materiales de construcción se econtraron también en pequeñas cantidades.
Los científicos han tenido durante años dificultades para obtener mediciones precisas de la composición del polvo, en parte debido a las técnicas convencionales que implican el estudio de polvo en grandes cantidades en lugar de analizar partículas individuales.
En ningún área la composición del polvo es más importante que en la salud pública, ya que algunas enfermedades son vinculadas a las partículas que se encuentran en el aire. Coe apunta que respirar continuadamente sílice -una de las sustancias más comunes en el polvo-, por ejemplo en los trabajos mineros, puede provocar una enfermedad pulmonar llamada silicosis.
Algoritmos computacionales
En la actualidad, Coe y su equipo están construyendo algoritmos computacionales para analizar mejor los componentes minerales y revelar detalles sobre los componentes orgánicos.
“Una biblioteca de componentes del polvo común sería útil para muchas áreas de la ciencia”,
ha señalado.
De esta manera, los investigadores en salud pública podrían utilizar el sensor como una herramienta de laboratorio para analizar las partículas de polvo. El sensor también podría servir para estudios sobre Astronomía, Geología, Ciencias Ambientales y Ciencias de la Atmósfera.