miércoles, 5 de diciembre de 2012

La adicción a la comida y el acaparamiento compulsivo son las nuevas enfermedades mentales

La adicción a la comida y el acaparamiento compulsivo se consideran nuevas patologías, según la quinta edición del Manual de Diagnósticos y Estadísticas de Enfermedades Mentales (DMS, por sus siglas en inglés). Entre las modificaciones del conocido manual, que acaba de revisar la Asociación Psiquiátrica Estadounidense (APA) después de veinte años para incluir los hallazgos científicos más recientes, también destaca la exclusión de la lista de trastornos mentales de la adicción a las relaciones sexuales (o trastorno hipersexual), de la adicción a jugar en Internet y de la transexualidad (o trastorno de identidad de género). Así mismo, deja de considerarse el duelo por la muerte de un ser querido durante menos de dos meses como trastorno depresivo.
Por otro lado, la nueva versión del manual incluye el Trastorno de Desregulación Disruptiva del Estado de Ánimo (DMDD) con el cual se diagnosticará a niños que
"tres o más veces a la semana exhiben episodios frecuentes de irritabilidad, arrebatos y berrinches durante más de un año".
De este modo esperan evitar el excesivo (y errado) diagnóstico de casos de trastorno bipolar en la infancia.
En cuanto al trastorno conocido como acaparamiento compulsivo, los psiquiatras aseguran que
“ayudará a caracterizar a los individuos con dificultad persistente para deshacerse de pertenencias y objetos que carecen de valor.”
Un problema que suele afectar a la estabilidad emocional, a las relaciones sociales y a las finanzas de quienes lo padecen.
El manual también unifica las categorías de abuso de sustancias y dependencia de sustancias, además de ampliar los criterios para diagnosticar un trastorno del aprendizaje, incluyendo todas las anomalías que interfieren con la adquisición del lenguaje y su uso oral, escrito o destinado a expresar conceptos matemáticos.
Otro cambio importante en el DSM-5, apodado “la Biblia de la Psiquiatría”, es que los términos “autismo” y “síndrome de Asperger” desaparecen, y son englobados bajo un nuevo término: trastorno del espectro autista. El objetivo, dicen los expertos, es diagnosticar de forma más precisa a los niños que padecen la enfermedad.