Aunque haya muchos cuyo sueño sueño sea convertirse en astronauta sería bueno conocer algunos de los inconvenientes de esa profesión. Sin entrar en lo duro del proceso para convertirse en excursionista espacial o que los astronautas suelen perder sus uñas por el roce del interior de los guantes uno de los efectos de la permanencia en órbita suele ser el insomnio. La ausencia de un ciclo natural de día/noche ocasiona alteraciones en el ciclo del sueño, obligando a los astronautas a tomar pastillas para dormir mientras están allí arriba. Esto podría cambiar con las nuevas bombillas que iluminaran la estación espacial internacional remediando estos inconvenientes.
Luz azul y eficiencia en los hábitos de sueño, es la receta de la NASA para conseguir aliviar la fatiga que produce en los habitantes de la ISS el hecho de dormir apenas 6 horas cuando además tienen que afrontar tareas delicadas y hasta peligrosas en un entorno de micro gravedad.
Un reciente estudio de la Universidad de Harvard ha comprobado que el uso de luz azul puede ayudar a mejorar la regularidad de los ciclos circadianos, responsables de nuestra vigilia. Unos fotorreceptores situados en el fondo de nuestra retina son capaces de detectar las frecuencias azules del espectro luminoso y con arreglo a las mismas determinar cuando llega el momento de dormir, interfiriendo con la producción de melatonina.
Este ciclo natural se ve alterado a bordo de la ISS debido a que allí los ciclos de día-noche duran 90 minutos, que es el tiempo que tarda en verse desde allí un amanecer y un anochecer, por no mencionar que las luces de a bordo están permanentemente encendidas.
Esta es la causa de que la NASA vaya a cambiar los 85 fluorescentes de la sección norteamericana de la Estación Espacial Internacional con LEDs que emiten luz difusa en diversos tonos. En horas de trabajo predominará el blanco, cuando haya que permanecer alerta serán azulados y para ayudar a conciliar el sueño serán tonos rojizos, como los del ocaso..
