jueves, 22 de septiembre de 2011

Los hidratos de gas pueden ser una gran fuente de energía

Un estudio demuestra que estos recursos, que son extraídos del subsuelo marino, son una opción energética viable.
Un equipo de ingenieros e investigadores de la Universidad de Rice, en Estados Unidos, ha logrado enriquecer una investigación previa en torno a los hidratos de gas, avanzando en la localización y cuantificación de estos recursos, que pueden ser extraídos del subsuelo marino y constituir una inmensa fuente de energía.
Los hidratos de gas, también conocidos como “hielo que arde”, son una de las principales esperanzas en el campo de los hidrocarburos para contar en los próximos años con nuevas fuentes de energía que reemplacen paulatinamente a la producción tradicional de petróleo y gas.
Según un artículo, publicado en Journal of Geophysical Research-Solid Earth, y una nota de prensa de la Universidad de Rice, el nuevo enfoque de investigación permite avanzar sobre una teoría inicial esbozada en 2007, y ha sido concretado por los ingenieros químicos George Hirasaki y Walter Chapman, el estudiante graduado Sayantan Chatterjee y el oceanógrafo Gerald Dickens.
En dicha teoría previa, el propio Hirasaki y el ex - estudiante de graduado Gaurav Bhatnagar señalaban que los hidratos de gas (o sea el metano que se congela a bajas temperaturas y altas presiones) podría ser detectado a través de zonas de transición ubicadas a entre 10 y 30 metros por debajo del fondo marino.
En estas áreas, localizadas cerca de las costas continentales, y al nivel mencionado anteriormente, el sulfato (un componente principal del agua de mar) y el metano reaccionarían consumiéndose entre sí. La profundidad de esta zona de transición serviría como una aproximación para cuantificar la cantidad de hidratos de gas que se encuentran debajo.

Implicaciones ambientales
Por otra parte, además de su aplicación en el campo energético, los hidratos de gas podrían tener una fuerte incidencia en el terreno medioambiental. Cabe recordar que para los especialistas y científicos dedicados al medio ambiente, el metano es el origen de todos los gases de efecto invernadero.
Más allá de esta cuestión conceptual, existe una posibilidad que alarma a los expertos. Si la temperatura del océano comienza a cambiar, la estabilidad de los hidratos gaseosos también podría modificarse. Esta inestabilidad de los hidratos puede propiciar la liberación de metano, que es un gas de efecto invernadero más perjudicial que el dióxido de carbono.
La hipótesis al respecto también indica que la situación mencionada generaría un mayor calentamiento, que a su vez se retroalimentaría a sí mismo. Ese
“efecto en cascada”
sería una consecuencia del cambio climático global, provocando una compleja situación en las zonas con presencia de hidratos de gas.
Tanto las implicaciones energéticas como medioambientales de esta investigación fueron discutidas en julio pasado en la Séptima Conferencia Internacional sobre Hidratos de Gas, realizada en Escocia. En esa ocasión, Sayantan Chatterjee y los especialistas de Rice presentaron un documento sobre la acumulación de hidratos en los sedimentos submarinos.