martes, 7 de mayo de 2013

El azafrán: el futuro tratamiento para la depresión y el Alzheimer


El nombre de esta planta se deriva del persa Zarparan, donde “Zar” significa oro y “par” significa pluma. Mientras que su nombre alude a la descripción física de los estigmas de la flor Crocus sativus de dónde proviene la especia, también evoca la invaluable tradición milenaria que ha desafiado los métodos de recolección de la agricultura moderna. El alto costo del azafrán se debe a que cada flor produce tan sólo tres estigmas, de manera que para producir un kilo de azafrán se necesitan 250,000 flores.


Su delicado sabor puede ser un reflejo de la manera casi ceremoniosa en la que cada flor debe ser recogida a mano, cuidadosamente, para no perder el valioso estigma que contiene 150 compuestos volátiles y aromáticos. Sin embargo, los usos del azafrán no se limitan a la cocina. Su uso medicinal representa una tradición ancestral que ha sido estudiada y utilizada por la medicina moderna. Una serie de estudios ha confirmado que el azafrán tiene propiedades que ayudan a superar problemas de ansiedad, inflamación, depresión e hipertensión, problemas cardíacos, respiratorios, y aquellos causados por la abstención de opiáceos, entre muchos otros.
Se ha demostrado que los pétalos de la flor pueden ser utilizados para tratar la depresión con la misma eficacia que el Prozac. Un estudio conducido en el 2007 demostró que 15 miligramos de Crocus Sativus tiene la misma eficacia que 10 miligramos de Prozac.
Sin embargo, por el momento la capacidad de detener condiciones neuro-degenerativas como el Alzheimer es el aspecto más prometedor de la flor. Ya que la flor puede ser utilizada para el tratamiento del Alzheimer en vez del tratamiento actual sin producir efectos secundarios (como vómitos violentos) es la mejor y más segura alternativa para la enfermedad en etapas moderadas.
Tal pareciera que la diosa griega de la isla de Thera que cuidaba los cultivos de la flor también protegía un valioso tesoro farmacológico.