Un nuevo estudio publicado en el Journal of the American College of Cardiology ha encontrado que las estatinas, unos fármacos que se recetan para reducir el colesterol, podrían bloquear los efectos positivos del ejercicio físico. No obstante, se trata tan solo de un resultado preliminar, y los científicos sugieren la necesidad de seguir estudiando la interacción del medicamento con la práctica de deporte.
Las estatinas son medicamentos que salvan muchas vidas, ya que actúan sobre el metabolismo del colesterol y los triglicéridos y disminuyen el riesgo de infartos y enfermedades cardiovasculares. Su acción disminuye la fracción perjudicial de colesterol LDL y evita que se acumule en las arterias. Aunque siempre se aconseja unir el tratamiento con estos fármacos a la práctica de hábitos saludables, como el ejercicio físico, hasta ahora se había estudiado poco la interacción que puede existir entre ambas recomendaciones.
Los investigadores, de la Universidad de Missouri, seleccionaron un grupo de personas con sobrepeso, vida sedentaria y con niveles de colesterol altos, aunque no en cifras peligrosas. Durante doce semanas, los participantes comenzaron la práctica controlada de ejercicio, y la mitad de ellos tomaron una dosis regulada de un tipo de estatina llamado simvastatina.
Después de los tres meses de ejercicio, los pacientes tratados con estatina mejoraron su condición física en apenas un uno por ciento, mientras que aquellos que solo habían hecho ejercicio, sin tomar el fármaco, mejoraron en un diez por ciento. Según los resultados del estudio, estas diferencias se deben a los niveles de una enzima que se relaciona con la salud de las mitocondrias, que son los orgánulos celulares que generan energía. John Thyfault, uno de los autores, señala que
"no hay duda de que las estatinas salvan vidas",
sin embargo es necesario estudiar mejor estas interacciones, lo que permitirá a los médicos tener más herramientas de decisión a la hora de prescribir los fármacos.
