martes, 11 de marzo de 2014

Descubren nuevos gases que están destruyendo la capa de ozono

Científicos de la Universidad de East Anglia (Norwich, Norfolk, Inglaterra) han identificado cuatro nuevos gases artificiales en la atmósfera, todos los cuales contribuyen a la destrucción de la capa de ozono.

Una nueva investigación publicada en la revista Nature Geoscience revela que más de 74.000 toneladas de tres nuevos clorofluorocarbonos (CFC) y un nuevo hidroclorofluorocarbono ( HCFC ) están siendo lanzadas a la atmósfera.
Los científicos hicieron el descubrimiento al comparar las muestras de aire de hoy en día con el aire atrapado en la nieve polar de tipo firn. La nieve firn es una nieve parcialmente compactada, un tipo de nieve que ha quedado de inviernos pasados y se ha recristalizado hasta formar una substancia más densa que la nieve fresca.

Es hielo que se encuentra en un estado intermedio entre nieve y hielo glacial. El firn posee el aspecto de azucar húmedo, posee una dureza que hace que sea muy difícil de trabajar con una pala. Este tipo de nieve proporciona un archivo natural centenario de la atmósfera. También analizaron aire no contaminado recogido entre 1978 y 2012 en Tasmania (Australia).

Las mediciones muestran que los cuatro nuevos gases se han lanzado a la atmósfera recientemente, y que dos de ellos se están acumulando de manera significativa. No se ha visto un aumento de emisiones de esta magnitud en ningún otro CFC desde que se introdujeron los controles, durante la década de 1990. Pero están muy lejos de las emisiones pico de CFC de la década de 1980, que alcanzaron alrededor de un millón de toneladas al año.

El investigador principal, Johannes Laube, de la Facultad de Ciencias Ambientales, explica en la nota de prensa de la UEA:
"Nuestra investigación ha mostrado cuatro gases que no estuvieron en la atmósfera hasta la década de 1960, lo cual indicaque son de origen humano."

Agujero de ozono
"Los CFC son la principal causa del agujero en la capa de ozono sobre la Antártida",
sigue Laube.
"Las leyes para reducir y eliminar los CFC entraron en vigor en 1989, seguidos por una prohibición total en 2010. Esto ha provocado la disminución de la producción de muchos de estos compuestos a escala global. Sin embargo, las lagunas de la legislación todavía permiten ciertos usos para fines exentos".

"La identificación de estos cuatro nuevos gases es muy preocupante",
añade,
"ya que contribuirán a la destrucción de la capa de ozono. No sabemos desde dónde están siendo emitidos los nuevos gases y eso debe ser investigado. Las fuentes posibles incluyen desde productos químicos que se utilizan como materias primas para la producción de insecticidas, hasta disolventes para la limpieza de componentes electrónicos".

"Es más, los tres CFC se destruyen de forma muy lenta en la atmósfera, por lo que incluso si las emisiones se detuvieran de inmediato, van a seguir estando en ella durante muchas décadas",
agrega.