martes, 4 de marzo de 2014

Los siete mejores trabajos del mundo (y no son futbolistas, ni banqueros ni políticos)

Los niños son muy poco imaginativos cuando se les pregunta qué quieren ser de mayores. Seguramente nombrarán profesiones aburridas como astronauta, futbolista profesional o estrella del rock, que no dan más que fama y dinero, pero no garantizan la felicidad. Olvidan por completo aquellas otras tareas que de verdad son las más divertidas del mundo, y que cada cierto tiempo asoman la cabeza en la prensa de todo el planeta poniendo los dientes largos a millones de oficinistas.
Muchas de estas labores están relacionadas con el ocio, que también necesita sus profesionales. Hay quien se gana la vida jugando a videojuegos, catando comida o viendo películas (bueno, quizá estos cada vez menos). No sólo son profesiones muy entretenidas, y con las que cuesta un poco menos llevarse el trabajo a casa, sino que además suelen estar bien retribuidas, aunque por eso mismo, la proporción de candidatos por cada puesto es exageradamente alta.

A continuación presentamos algunos de esos excéntricos trabajos que nos pueden hacer felices o, al menos, soñar con que algún día accederemos a ellos.

■Catador de escorts
Existen muchos más testers, o catadores, de lo que podríamos pensar. De dulces, de teléfonos móviles, de videojuegos, de vinos, de camas de lujo… Y de prostitutas. Ese era el empleo con el que el chileno Jamie Rascone, un antiguo DJ, se ganaba la vida, tal y como explicó un citadísimo artículo publicado en la revista Don Juan de Colombia. Su papel consistía en entrevistar a las chicas que aspiraban a formar parte de la agencia de escorts Vivanco, así como en probarlas sexualmente para comprobar si daban la talla. No debía ser un trabajo muy estresante (y no sólo por lo relajante de la labor), sino porque cada año pasaban por sus manos (y otras partes) unas 75 mujeres, es decir, una cada cinco días.

■Probador de productos de lujo
Al que no le guste el sexo también puede dedicarse a los productos de lujo en general. Dicha oferta laboral fue publicada por el sitio web especializado en servicios de gama alta VeryFirstTo, que pedía altos conocimientos en gastronomía y últimas tendencias tecnológicas, así como
“experiencia en el mercado de lujo”.
¿Por ejemplo? Ser capaces de distinguir un rugido de un Bentley del de un Lexus.

■Guarda de islas desiertas
Seguro que los guardias de seguridad que dedican sus noches a pasear por calles vacías mientras en los edificios que cuidan, las familias adineradas se calientan a la lumbre del hogar, se sienten tentados por esta oferta. Es lo que ocurrió con las 35.000 personas que optaron a cuidar de la Isla de Hamilton, situada en la Gran Barrera de Coral, al noreste de Australia. Sólo podía quedar uno, y ese fue Ben Southall, de 24 años, que durante seis meses pudo explorar la isla a cambio de 111.000 dólares (unos 81.000 euros).

■Viajero por todo el mundo
Quizá Southall se aburrió de pasar tanto tiempo en una paradisiaca isla desierta. Quizá hubiese preferido haberse puesto en la piel de Tyson Mayr, el ganador de este año del premio otorgado por la compañía de viajes Jauntaroo a quién esté dispuesto a viajar por todo el globo y escribir sobre ello en un blog, a cambio de 100.000 dólares (una cantidad levemente inferior a la que Southall recibió). Mayr visitará 50 países, entre los que se encuentran Alemania, Jamaica, las Maldivas o las Bahamas. ¿Qué hace falta para optar al puesto? Generosidad de espíritu, sentirse a gusto viajando a destinos exóticos, estar siempre listo para tuitear y la capacidad para localizar contenido que pueda despertar una sonrisa en los lectores. Durísimo.

■Escultor de Lego
No es buen momento para los arquitectos, pero no sabemos si la crisis también habrá afectado a los que se encargan de diseñar los ladrillos del popular juguete. Lego dispone de un pequeño número de profesionales destinados a idear nuevos productos y modelos, y las estimaciones sobre el número real de estos trabajadores que existen en el mundo va de los 9 a los 30. Además, las competiciones en las que se eligen a estos expertos suponen una interesante herramienta promocional.

■Científico senior de comida
Aquí se puede leer la oferta de trabajo en la que se demanda a un trabajador que se dedique al
“desarrollo o reformulación de productos para mejorar las características de calidad, de eficiencia del procesamiento y coste de los ingredientes”.
En definitiva, meterse entre probetas y cacerolas para diseñar la mejor comida del mundo, y para ello nosotros mismos habremos de ser los conejillos de indias. Aunque cuidado: requiere más de diez años de experiencia (diseñando, se entiende, no comiendo).

■Dormilón profesional
Para el 99,9% de la población, el día consiste en despertarse sobresaltado, saltar de la cama y encaminarse cabizbajo hacia el trabajo. Para este 0,00001%, su día a día consiste en llegar cabizbajo al trabajo, meterse en la cama y dormir profundamente. El objetivo de estos profesionales es ser conejillos de indias en experimentos universitarios, aunque en algunos casos, estos se deben a las compañías de colchones y simplemente han de comprobar si los nuevos colchones son lo suficientemente cómodos. Cuidado, no te duermas en los laureles: es probable que el mercado laboral no ofrezca una gran oferta para estos puestos.