martes, 21 de diciembre de 2010

El tanque-laser NO TAN secreto de los rusos


Todos sabíamos lo que era el Ejército Rojo. Lo que no sospechábamos es que fueran a hacer honor a su apelativo achicharrándonos con laser.
Quizá algún enemigo se reiría al ver aparecer por el frente este vehículo oruga con una torreta aparentemente truncada en su armamento artillero. Pero el último en reír sería el piloto de este curioso tanque soviético que a primera vista parece armado con una inofensiva docena larga de focos. La risa empieza cuando se encienden y haces de luz concentrada se dirigen contra el objetivo hostil y a este empieza a hervirle todo.
El tanque 1K17 tiene un nombre mezcla de producto desengrasante de limpieza doméstica y bruto mecánico malo del Doctor Infierno.
Pero pocas bromas con sus sistema de laser basado en un núcleo de rubí sintético de más de 30 kilos. Eso sí, para desgracia de los que ya deseamos ver batallitas de tanques lanzarayos, que al menos no hacen tanto ruido, estos laser tenían como misión no derretir los vehículos enemigos sino emplear la emisión de luz concentrada para cegar pilotos y sistemas de armamento así como confundir a sus mecanismos ópticos y electrónicos incluso en el más riguroso de los climas.
Ha sido dado a conocer recientemente en un museo militar próximo a Moscú y el 1K17 supone un paso más allá del Stiletto, otro vehículo similar que fue aprobado pero no llegó a construirse en grandes cantidades. El tanque-laser que ves en esta fotografía entró en servicio en 1992 y tuvo en jaque a los servicios de inteligencia norteamericanos, más por el secretismo en torno al vehículo y sus capacidades que al alcance de las mismas y su poder destructivo.
Con la caída del Muro se canceló la producción del mismo y en parte también se canceló su necesidad, acabada ya la Guerra Fría y la dinámica de Bloques.