Ahí es donde termina el acero reciclado de los barcos desmantelados.
En confeccionar una especie de remolque oxidado que resista los embates de las peores amenazas posibles: guerras, invasiones extraterrestres, hordas de zombis, protestas estudiantiles, amas de casa en el primer día de las rebajas…
No es muy bonito, pero si cumple su función y protege tu vida tampoco le vamos a poner pegas.
“Por fuera hueles mal… pero por dentro…”.
Esas palabras ya míticas pronunciadas por Han Solo cuando introduce a Luke Skywalker entre las tripas de un taun-taun en el remoto mundo helado de Hoth para salvarle la vida en medio de la ventisca casi parecen adecuadas para aplicárselas a este prototipo de refugio recliclado.
Porque por fuera es feo, pero por dentro… De todas formas puedes “admirarlo” si te pasas por la Ciudad de la Ciencia de Paris, donde estará en exhibición hasta marzo
