martes, 21 de diciembre de 2010

Una casa para perderte


¿Quién no ha deseado perderse alguna vez?
Tan solo hace falta un motivo (tampoco hace falta que sea muy determinante), unos días libres y un buen sitio. Alejado de todo y todos, si es posible con buenas vistas y si el edificio que elegimos para refugiarnos en nuestro retiro temporal es singular, mejor que mejor.
Parece que alguien en el gabinete de arquitectura de Todd Saunders ha repasado esa lista de requisitos a la hora de edificar esta espectacular casa en la canadiense isla Fogo.
Terranova, en Canadá, no es precisamente un lugar acogedor.
Al contrario, es inhóspito, agreste, solitario… la Naturaleza te hace recordar tu humana insignificancia. Y nada mejor que una edificación sobria allí en medio para tomar conciencia de nuestro humilde papel en este planeta.
Reflexiones profundas o simplemente alejarse del mundanal ruido es lo que podemos encontrar si habitamos esta casa, no demasiado grande (120 metros cuadrados) pero casi totalmente diáfana y abierta al Atlántico que más que rodearla casi la amenaza con su oleaje impetuoso