jueves, 27 de febrero de 2014

Científicos: la contaminación en Pekín es como un invierno nuclear

Que Pekín y otras ciudades de China están casi permanentemente sumidas en la contaminación no es nada nuevo. El problema es que la situación no mejora, sino todo lo contrario. La contaminación se ha convertido en un asunto de estado. Tanto es así que incluso científicos chinos aseguran ahora que la situación en Pekín es muy similar a la de un invierno nuclear.
El invierno nuclear es un fenómeno que hace referencia a las consecuencias de una bomba nuclear. Estas levantan una enorme nube de polvo que podría estar en suspensión en el aire durante meses. Esto resulta en menor luz y oxígeno y, al final, un serio daño a la agricultura local. Ahora, un científico del College of Water Resources and Civil Engineering de la Universidad de Agricultura de China ha comparado la contaminación en Pekín precisamente con este fenómeno. Si los niveles actuales de contaminación persisten, señala, He Dongxian, la agricultura china estaría expuesta a
"condiciones similares a las de un invierno nuclear",
explica a The Week.

La preocupación es normal. Esta semana ha sido una de las peores en China en cuanto a niveles de contaminación. Pekín es la peor parada. La concentración de partículas finas en el aire, conocidas como PM2,5 (causantes de los problemas de salud por su inhalación) alcanzan los 505 microgramos por metro cúbico, unas 20 veces más de lo que la Organización Mundial de la Salud considera como seguro.

Las partículas PM2,5 miden 2,5 micras de diámetro o menos y son las más peligrosas para la salud. Se considera que la calidad del aire es excelente cuando el índice de densidad de estas partículas en el aire está por debajo de 50. Por encima de 300, la contaminación empieza a ser peligrosa para la salud.

La comparación con un invierno nuclear por parte de científicos chinos llega solo días después de que la Academia de Ciencias Sociales de Shanghái asegurara que la contaminación extrema de Pekín hace la ciudad casi inhabitable para los seres humanos. La gran pregunta es: ¿tiene solución? No lo parece.