viernes, 21 de febrero de 2014

Una terapia celular consigue remisión completa de la leucemia en un 88% de casos

Investigadores del Memorial Sloan Kettering Cancer Center‎ de Nueva York han descrito en la revista Science Translational Medicine alentadoras noticias sobre uno de los métodos más punteros de tratamiento contra el cáncer que existe hoy en día.

El estudio clínico, el más extenso realizado hasta la fecha en pacientes con leucemia‎ avanzada, muestra que el 88% de ellos logró una remisión completa después de ser tratados con versiones genéticamente modificadas de sus propias células inmunitarias.

"Estos extraordinarios resultados demuestran que la terapia celular es un tratamiento eficaz para los pacientes que han agotado todos los tratamientos convencionales",
explica Michel Sadelain, director del Centro de Ingeniería Celular de la institución estadounidense y uno de los autores principales del estudio en un comunicado del que se hace eco Sinc.

"Nuestros hallazgos iniciales se han mantenido en una cohorte más grande de pacientes, y ya estamos mirando nuevos estudios clínicos para avanzar en este nuevo enfoque terapéutico en la lucha contra el cáncer",
añade.

“Reeducación” celular
Un adulto con leucemia linfoblástica aguda‎ de células B (B-ALL), un tipo de cáncer sanguíneo que se forma en las células B
–una clase de glóbulo blanco que elabora anticuerpos–,
se enfrenta a un complicado tratamiento, pues la mayoría de los pacientes recaen.

Así, los pacientes con B-ALL que recaen tienen pocas opciones de tratamiento, de hecho solo el 30% responde a la quimioterapia. Sin un trasplante de médula, no son muchos los que tienen alguna esperanza de supervivencia a largo plazo.

En este estudio, 16 pacientes B-ALL con recaída recibieron una infusión de sus propias células inmunes modificadas genéticamente, llamadas células T‎. Las células fueron ‘reeducadas’ para reconocer y destruir las células cancerosas que contienen la proteína CD19.

Mientras que la tasa de respuesta completa general para todos los pacientes fue de 88%, en aquellos con enfermedad detectable antes del tratamiento la tasa fue del 78%, muy superior a la obtenida solo con quimioterapia.

Dennis J. Billy, de Wynnewood (Pennsylvania, EE UU), fue uno de los primeros pacientes en recibir este tratamiento, hace más de dos años. Tras superar con éxito un trasplante de médula ósea, se mantiene libre de cáncer y de vuelta en el trabajo desde 2011.

Por su parte, Paolo Cavalli, dueño de un restaurante de Oxford (Connecticut, EE UU) permanece en remisión completa, ocho meses después de recibir su tratamiento personalizado con células T.

Según los autores,
“ya están en marcha estudios adicionales para determinar si la terapia celular puede ser aplicada a otros tipos de cáncer, y se están planeando análisis para probar si los pacientes con B-ALL pacientes se beneficiarían de recibir inmunoterapia específica como tratamiento primario”.

Logros científicos de la terapia celular
Basada en células, la inmunoterapia específica es un nuevo enfoque para el tratamiento del cáncer que aprovecha el propio sistema inmune del cuerpo para atacar y destruir las células cancerosas.

A diferencia de un virus común como el de la gripe, nuestro sistema inmunológico no reconoce las células cancerosas como extrañas y por lo tanto se encuentra en desventaja en la erradicación de la enfermedad.

Ya en 2003, los investigadores del Memorial Sloan Kettering fueron los primeros en señalar que modificar las células T para reconocer la proteína CD19 podría utilizarse para tratar cánceres de células B en ratones.

En marzo de 2013, el mismo equipo informó por primera vez de los resultados de cinco pacientes con B-ALL que fueron tratados con terapia celular y que lograron una remisión completa.

Estos esperanzadores resultados vienen a sumarse a los logrados el año pasado por investigadores de The Children’s Hospital Philadelphia y de la Universidad de Pensilvania (ambos en Estados Unidos). Este equipo logró curar una forma agresiva de leucemia infantil (la LLA) con una terapia celular que consistió en reprogramar las células inmunes para que estas se multiplicasen rápidamente y destruyeran las células leucémicas.