miércoles, 5 de febrero de 2014

El periodista conejillo de indias

Para ingerir una lombriz solitaria procedente de una vaca infectada, el periodista Michael Mosley tuvo que viajar a Kenia porque en Reino Unido se supone que no existen. En un laboratorio africano se tragó el parásito antes de regresar a casa. Al cabo de unas semanas, engulló una cámara del tamaño de una pastilla para espiar a la lombriz a través de las imágenes transmitidas a la pantalla de un iPad.
«Cuando la vi por primera vez, estaba cenando en un restaurante indio y grité: 'Dios mío! ¡Hay una lombriz dentro de mí!' Toda la gente que me rodeaba se quedó estupefacta»,
recuerda el presentador de la BBC, cuyo documental sobre esta experiencia, titulado ¡Infectado! Vivir con parásitos, se emitirá en las próximas semanas.
«Estaba encantado, aunque al mismo tiempo me pareció horrible».
Mosley es un periodista aficionado a experimentar con su propio cuerpo para narrar ante las cámaras de televisión sus experiencias, por muy repulsivas que puedan resultar a primera vista a los telespectadores.

En el caso de la lombriz solitaria, Mosley participa como conejillo de indias en un proyecto de investigación de la Universidad de Salford (Manchester). El periodista expulsará el parásito a través de sus heces y enviará muestras a los científicos que estudian los síntomas de las infecciones de parásitos. Según explica el presentador de la BBC, las larvas de las lombrices
«pueden llegar a vivir hasta 20 años y medir varios metros de largo dentro de una persona».

"A mi mujer no le hizo mucha gracias la idea, pero le dije que no se preocupara porque este tipo de lombriz es relativamente inocua",
asegura Mosley.

Otro de sus provocadores programas está dedicado a los piojos que viven en el cabello. Y una vez más, el periodista sembró su propia cabeza con este parásito. Sobre los piojos, Mosley asegura que hay cabellos más propicios o atractivos que otros para que se instalen. Su pelo, de hecho, no es del tipo que más seduce a estos bichos.

Pero por si todo esto no fuera suficiente, Moseley también se colocó una sanguijuela sobre el brazo para documentar cómo le chupaba la sangre antes las cámaras de televisón.
«A mí me interesa mucho ver cómo reaccionan estas criaturas con los humanos; en la mayoría de los casos nos perjudican, pero también se cree que podrían ayudar a combatir alergias y enfermedades autoinmunes», explica.

Antes de experimentar con lombrices, piojos y sanguijuelas, el periodista se hizo célebre por someterse a una dieta extrema ante las cámaras de televisión. Su adelgazamiento con el Régimen 5:2, que consiste en restringir la ingestión de calorías dos días a la semana, y comer con normalidad las otras cinco jornadas, le dio el gran salto a la fama. Con esta dieta, Mosley perdió nueve kilos en tres meses. Antes también probó los efectos de las setas alucinógenas o los de el
«suero de la verdad»,
una droga que teóricamente reduce la capacidad para mentir.