martes, 4 de septiembre de 2012

El avión que destruye misiles enemigos con láser y que nunca llegará a construirse

Aunque el futuro ya no es lo que era y cuando llegó el año 2.000 se vieron frustrados nuestros sueños de pasar unas vacaciones en la Luna o conducir coches voladores, algunos de los lugares comunes más frecuentes en las visiones del pasado que vislumbraban lo que hoy es nuestro presente sí han estado cerca de conseguirse, aunque quizá no de la forma tan espectacular en que literatura, cómic o cine llegaron a imaginar.  Al pensar en armas láser todos imaginamos pistolas que lanzan rayos de colores o espadas de luz, ese arma noble para tiempos más civilizados. Pero aunque esto sigue formando parte de la ciencia-ficción sí que existe algo que parece sacado de ese imaginario colectivo: un avión capaz de destruir misiles enemigos lanzándoles un laser de alta potencia. Lo fabricó Boeing, llegó a probarse con éxito… pero nunca llegará a construirse en serie.

El coste del ingenio quizá tenga la culpa: cinco mil millones de dólares.
En diciembre de 2011 el Pentágono decidió cancelar el proyecto a pesar de que la unidad de pruebas del dispositivo, montada en un Boeing 747-400F cumplió con éxito su misión. La misma tuvo lugar en febrero de 2011 y consistía en sobrevolar una zona del Pacífico en la que desde un barco en alta mar se disparo un misil SCUD. Los sensores a bordo de la aeronave detectaron dicho lanzamiento y mediante un laser de baja energía se procedió al seguimiento del misil.
Un segundo laser procedió a continuación a efectuar mediciones relativas a las condiciones atmosféricas y sus posibles perturbaciones a fin de captar datos que condujesen al cálculo de la situación óptima para efectuar el disparo final. Por último llega el momento rayo destructor que a algunos les recordará lo que era capaz de conseguir la Estrella de la Muerte: un láser de alta intensidad, con potencia cifrada en megavatios dejaba sentir su poder sobre el misil enemigo simulado causando en el mismo un fallo estructural masivo (jerga militar para decir “dejarlo frito”) que terminaba ocasionando la destrucción del mismo.
Con todo la experiencia en el desarrollo de este sistema no va a caer en saco roto. El Pentágono está aprovechando la experiencia para aplicarla a los drones, los temibles aviones no tripulados que ahora, además, podrían contar con sistemas láser similares para destrucción a distancia de misiles enemigos