miércoles, 27 de junio de 2012

Nueva vida para las baterías de níquel-hierro de Thomas Alva Edison

Un grupo de ingenieros e investigadores de Stanford University se ha decidido a dar una nueva vida a las baterías de níquel-hierro, una tecnología de baterías recargables desarrollada por Thomas Alva Edison hace más de un siglo. Los especialistas descubrieron que era posible optimizar esta vieja tecnología, agregando a su natural durabilidad una mayor velocidad de carga y descarga, que se ha logrado multiplicar en alrededor de 1.000 veces.
Se prevé que este desarrollo podría ser una alternativa de bajo coste y alto rendimiento en coches eléctricos.

Hongjie Dai, profesor en Stanford University y uno de los líderes del grupo de investigación, indicó que la batería de Edison tiene una elevada durabilidad, pero a su vez registra distintos inconvenientes. Por ejemplo, su velocidad de carga y de descarga es muy lenta en su versión original.
Fue diseñada en 1900 pensando en brindar potencia a los vehículos eléctricos, y a su vez fue ampliamente utilizada sobre mediados de la década de 1970. En la actualidad sobrevive únicamente un puñado de compañías fabricantes de baterías de níquel-hierro, siendo utilizadas principalmente para almacenar el excedente de electricidad de paneles solares y turbinas eólicas.
El desarrollo de los especialistas de Stanford University se ha difundido a través de una nota de prensa de este centro de estudios, y además ha merecido un artículo recientemente publicado en el medio especializado Nature Communications, bajo el título An ultrafast nickel–iron battery from strongly coupled inorganic nanoparticle/nanocarbon hybrid materials.