viernes, 17 de agosto de 2012

Las mariposas mutantes de Japón

El último efecto de Fukushima ha sido descubierto en unas mariposas que han sufrido mutaciones por la radiactividad y tienen los ojos dañados y las alas más pequeñas de lo normal. Dichas anomalías genéticas incluso se han reproducido, en un 18 y un 34 por ciento, en su segunda y tercera generación pese a haberse apareado con otras mariposas sanas crecidas fuera de la zona afectada por la radiación.
El hallazgo, efectuado por la Universidad Ryukyu de Okinawa y publicado por una página “web” ligada a la revista “Nature”, se suma al conejo sin orejas que nació cerca de la central de Fukushima poco después del accidente y a la contaminación de las verduras y el ganado de dicha prefectura.
Aunque numerosos expertos coinciden en que las consecuencias de Fukushima no serán tan graves como las de Chernóbil, el Gobierno japonés tiene previsto observar a la población de la zona para detectar la aparición de tumores y enfermedades.