lunes, 18 de abril de 2011

Piel y pelo natural de laboratorio

En el laboratorio y de la forma más natural posible. De mano de una de las empresas de cosmética con más historia, L’Oréal, se inaugura el Centro de Evaluación Predictiva en Lyon (Francia), una referencia mundial en su género. Mediante la base de cultivo de piel regenerada,multinacional prueba sus productos e ingredientes, de forma alternativa a los test que se llevan a cabo en animales y humanos, sobre los que sólo testa menos de un 10 por ciento del total.
En realidad, la técnica cuenta con más de 30 años de experiencia, sólo que ahora se consolida como método alternativo a los test tradicionales de forma homologada por el Centro Europeo de Validación para Métodos Alternativos (Ecvam, por sus siglas en inglés). De esta forma, en la actualidad L’Oréal cuenta con varios modelos en los que puede probar la eficacia y la seguridad de sus moléculas de forma sostenible.
El modelo Episkin, empresa de L’Oréal, ha sido validado como método sustitutivo total para la irritación cutánea.
«Así, tenemos epidermis, dermis y ambas juntas que cumplen la normativa de Ecvam, y en breve contaremos con un modelos de córnea», explica Jacques Leclaire, director del Departamento Científico de Investigación e Innvación de la compañía.
Por ello, la multinacional francesa puede presumir de encontrarse preparada para la legislación que está por llegar en 2013, la que prohibirá la prueba de cosméticos en personas y animales. Así, todos sus esfuerzos en investigación darán sus frutos y la colocarán como líder en este campo.
Sin embargo, eso no es todo. Los trabajos de I+D de la compañía gala también han encontrado su hueco, más bien su función, en la Medicina. La tecnología que se ha desarrollado en sus laboratorios sirve para devolver la piel a los quemados de gran calibre. «En Francia, Japón y EE UU se encuentran los centros de referencia que emplean este tipo de métodos para crear piel procedente de los mismos pacientes», explica Patricia Pineau, directora científica de L’Oréal.
Otro de los proyectos en los que han participado, como cuenta Pineau, les ha servido para devolver el sol a los llamdos «niños de la luna». Detrás de este sobrenombre se encuentra un enfermedad rara, xeroderma pigmentosa, que por culpa de una alteración en el ADN los niños son extremadamente fotosensibles y desarrollan carcinomas y melanomas a muy corta edad. «Hemos conseguido desvelar la clave que producía esta modificación y gracias a nuestra investigación conseguimos corregir la patología», apunta Pineau.
Además de piel regenerada, también tienen otros proyectos en córneas y pelo, que sirven para verificar los nuevos productos de la compañía francesa. «De forma muy precoz y a pequeña escala, también investigamos en la creación de modelos de mucosas genitales, pulmonares y gengivales», explica Leclaire.