viernes, 29 de abril de 2011

Una pequeña mandíbula podría cambiar la historia de la evolución humana

Los científicos que trabajan en el yacimiento español de Atapuerca han cuestionado la evolución de los europeos al afirmar que barajan la posibilidad de que los restos del ser humano más antiguo de Europa pertenezcan a una especie que procedía de Asia, y no de África.
El equipo que trabaja en el yacimiento burgalés, situado a unos 260 km al norte de Madrid, hallaron en 2007 restos de una mandíbula de un varón datada hace 1,2 millones de años, los restos más antiguos hallados hasta ahora en Europa.
En un principio se dijo que el fósil pertenecía a la especie 'Homo antecessor', pero los tres años de estudio no han sido concluyentes y los restos han sido etiquetados como pertenecientes a una "especie sin determinar".
"Se parecen más a las poblaciones que conocemos en Asia de lo que se parecen a las poblaciones africanas", dijo María Marinón, del grupo de Antropología Dental, en rueda de prensa en Burgos.
"Esto nos hace inferir que el parentesco entre europeos y asiáticos del Pleistoceno es más cercano y que es posible que entre ellos hayan compartido un ancestro común y no con las poblaciones africanas, es decir, creemos que el origen de los primeros europeos es un origen asiático", añadió.
La posibilidad que plantean ahora los científicos de Atapuerca abriría una nueva puerta a la historia de la evolución humana, después de que durante años la comunidad científica compartiera que los primeros hombres modernos se dispersaron provenientes de África hace unos 50.000 años, estableciendo rápidamente culturas de la Edad de Piedra a través de Europa, Asia y Australia.
Los restos del europeo más antiguo, hallado en la Sima del Elefante de Atapuerca, donde se espera que se hallen más restos, han mostrado que usaba mondadientes y padecía enfermedades dentales.
Hasta la aparición de estos fósiles, los arqueólogos habían hallado pruebas de actividad humana en España, Francia e Italia de una antigüedad de cerca de un millón de años, pero no restos de seres humanos, sólo huesos de animales y herramientas de piedra.