jueves, 28 de abril de 2011

Un sistema que imita al escarabajo recolecta agua de niebla y de rocío

Ingenieros del MIT idean un eficiente dispositivo de captación de líquido, destinado a áreas empobrecidas
La disponibilidad de agua en las zonas más pobres del planeta podría dejar de ser un problema si un proyecto desarrollado por un especialista del MIT logra difundirse a nivel masivo. Se trata de una tecnología de captación de agua de niebla y de rocío, que toma como inspiración el comportamiento del escarabajo de Namibia, que sobrevive en el desierto recolectando agua de estas fuentes.
El insecto vive en el árido desierto del Namib, en la costa occidental de África. Para sobrevivir en ese contexto, el llamado Stenocara gracilipes recoge las gotas de agua de la niebla y el rocío matinal sobre su lomo, repleto de baches y ondulaciones. Posteriormente, provoca que el agua se deslice hacia abajo y llegue hasta su boca, obteniendo de esa forma el líquido necesario para su subsistencia.
Este inteligente mecanismo natural es el que quiere aprovechar Shreerang Chhatre, un ingeniero y emprendedor del MIT, para desarrollar un proceso de captación de agua de niebla y rocío que permita a las poblaciones más desfavorecidas del planeta acceder con mayor facilidad a esta sustancia básica.
El proyecto apunta a solucionar un problema acuciante a nivel mundial: de acuerdo con los datos de la Organización Mundial de la Salud y de UNICEF, alrededor de 900 millones de personas de todo el mundo viven sin agua potable. Asimismo, la tarea de hallar y transportar agua desde pozos distantes o arroyos es una responsabilidad que habitualmente asumen mujeres y niños.
Experiencias previas
El trabajo de Shreerang Chhatre ha sido difundido a través de una nota de prensa del MIT, y también ha merecido un artículo en el portal Science Daily, entre otros medios especializados. La investigación del ingeniero del MIT toma como antecedente la labor desarrollada por la ONG canadiense FogQuest, que ya ha puesto a prueba proyectos de recolección de agua de niebla y rocío en Chile y Guatemala.
De acuerdo a los directivos de FogQuest, resulta vital que las comunidades locales se involucren en los proyectos.
La ONG ha instalado, por ejemplo, 36 redes de mallas permeables para la recolección de agua de niebla y rocío en la aldea de montaña Tojquia, en Guatemala, logrando obtener un suministro de agua para 150 personas.
Los mismos pobladores son los que realizan la gestión y mantenimiento del equipo de captación de agua de niebla y rocío una vez instalado.
Debido a que las mujeres suelen recoger el agua para los hogares, este sistema resulta clave para lograr un proyecto sostenible a largo plazo, en el que este sector de cada comunidad participe activamente.
El dispositivo de recolección de agua de niebla y rocío que emplean Chhatre y su equipo se compone de una malla permeable en la cual se deposita el líquido, que posteriormente llega por goteo a los recipientes vinculados. Según el ingeniero, la eficacia del sistema y la calidad de los materiales utilizados en estos dispositivos permiten garantizar el éxito de la iniciativa.
Viabilidad técnica y comercial de la propuesta
Con el componente técnico de la investigación aparentemente resuelto, Chhatre trabaja ahora en el desarrollo de un plan de negocios viable para la aplicación de dispositivos de captación de agua de niebla y rocío en diferentes partes del mundo. El interés en estas tecnologías se remonta a la década de 1990, y aumentó después de nuevas investigaciones sobre el Stenocara gracilipes, conocidas en 2001.
Uno de los principios básicos para la eficiencia de un dispositivo de captación de agua de este tipo es que debe existir una combinación de superficies que atraigan y repelan el agua al mismo tiempo. Por ejemplo, la coraza externa del Stenocara gracilipes tiene protuberancias que atraen el agua y canales que la repelen, para que de esta manera las gotas se acumulen en los baches. A continuación, el líquido llega a través de los canales y sin ser absorbido a la boca del insecto.
La realización de distintas pruebas de campo ha arrojado resultados positivos. En las mismas, los recolectores de agua han capturado un promedio de un litro de agua por cada metro cuadrado de malla permeable por día. Chhatre y sus colegas están llevando a cabo pruebas de laboratorio para mejorar aún más la capacidad de recolección de agua de las mallas utilizadas.
En otro orden, para que esta tecnología llegue algún día a ser comercialmente viable es vital que los dispositivos logren capturar una cantidad significativa de agua. Los especialistas saben que el público al que va dirigido este desarrollo no cuenta con un elevado nivel adquisitivo, por lo que el sistema debe ser económico y realmente útil.