viernes, 26 de julio de 2013

Dos proteínas esconden el secreto del cáncer de piel

Una investigación liderada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha comprobado que dos oncoproteínas, la Vav2 y la Vav3 controlan parte del desarrollo de uno de los cánceres de piel más frecuentes, el carcinoma de células escamosas. El hallazgo podría servir para crear dianas farmacológicas contra este tipo de tumores y contra otras enfermedades de la piel como la psoriasis.
El carcinoma de células escamosas es uno de los cánceres de piel más frecuentes en todo el mundo. Es fácilmente tratable y rara vez llega a ser mortal, pero en ocasiones alcanza estadios muy desarrollados, lo que dificulta su tratamiento.

Las proteínas Vav son dos activadores del cáncer de piel que están relacionadas con la movilidad y la proliferación de las células. Gracias a su experimento con ratones modificados genéticamente los investigadores simularon el efecto que tendría la eliminación de dichas proteínas. Como explica el científico del CSIC Xosé Bustelo, del Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca
“con esta estrategia, se quería simular el efecto que el uso sistémico de inhibidores contra estas dos proteínas tendría sobre el inicio y progresión de los tumores de piel y, al mismo tiempo, valorar los efectos colaterales que dicha inhibición pudiese provocar en la piel normal no tumoral”.

Y los resultados fueron más que satisfactorios. Esta eliminación disminuía los tumores de piel inducidos en ratones y no mostraba ningún efecto sobre el desarrollo normal de la piel, lo que indica que afectaría específicamente a la viabilidad de las células tumorales.

En palabras de Mauricio Menacho Márquez, investigador del CSIC en el Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca,
“estos experimentos indican que Vav2 y Vav3 juegan un papel importante en la iniciación y el desarrollo de cánceres de piel al promover rutas de señalización celular en células cancerosas relacionadas con la supervivencia celular al ADN dañado, la proliferación y la modificación del microambiente tisular donde dichas células crecen y se desarrollan”.
Además, según ha explicado el mismo investigador,
“muchos de estos programas protumorigénicos están activados en otras enfermedades frecuentes de la piel, como es el caso de la psoriasis”,
lo que aumenta la importancia de este nuevo hallazgo científico.

El estudio, publicado recientemente en la revista PLOS Biology, ha contado con la colaboración del Centro de Biología Molecular “Severo Ochoa” del CSIC y del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas.